miércoles, 14 de octubre de 2015

El mañana no llega

Si crees que se puede hacer en cualquier momento, no lo harás nunca. Mañana es el día más ocupado de la semana. 
Hay personas que quieren y desean muchas cosas pero no se ponen en acción. Dicen: hoy no, mañana; pero la realidad es que el mañana nunca llega. La postergación es un asesino de sueños. Mucho de lo que ahora no has logrado se debe a que tú mismo has postergado tus sueños esperando que las circunstancias cambiasen. Mientras sigues esperando continuamente que la situación cambie sin tomar acción, estás desperdiciando tu vida, tus talentos y enterrando tus sueños.
Si quieres que el mañana llegue debes ponerte en acción y para ello, hay cuatro cosas que debes hacer:
-          Asegúrate de que tu sueño sea tu sueño. Si lo ves claro, puedes lograrlo. No se trata de tener un sueño así como así, por tenerlo, se trata de ver claro el propósito para el cual fuiste formado. Se trata de poder implementar esa visión hasta que sea una realidad, sin importar el sacrificio que se tenga que pagar. ¿Es mi sueño? ¿Estoy dispuesto a pagar el precio? ¿En qué o en quién me voy a convertir?
-          Sé intencional y establece una estrategia para realizar tus sueños. Tienes que definir las actividades que debes hacer y también las que debes dejar de hacer. Saber cuáles son tus pasos a hacer reduce el miedo, la ansiedad y la incertidumbre  ¿Lo qué estoy haciendo me acerca a mis sueños? ¿De qué debo tener cuidado? ¿Qué debo mejorar? ¿Cuáles van a ser mis prioridades?
-          Ten confianza en ti mismo. Dios ya ha confiado en ti dándote talentos y habilidades únicas para el logro de tus sueños. Es tiempo que te dejes de comparar con otros, pues esa competencia con otros te puede frustrar, dañar tu autoestima. Si quieres competir hazlo contigo mismo y a los demás trátalos como de otro género, ya que ellos también tienen sueños. ¿Cómo es mi confianza? ¿Me estoy comparando conmigo mismo o con otros? ¿Cómo aumento mi confianza?

-         Ten una persona para rendir cuentas de tus actos. La principal razón por la que no tenemos personas a las cuales rendir cuentas, es que tenemos miedo de que nos exijan en demasía, y tenemos miedo de mostrar nuestros defectos. Tenemos miedo a quedar mal con otros, pero el mayor miedo es no asumir nuestra responsabilidad sobre nuestros sueños. Es más fácil culpar a otros o a las circunstancias, o excusarnos por nuestras carencias o debilidades, que asumir nuestra responsabilidad por lo que anhelamos. Necesitamos una persona a la cual rendir cuenta de nuestros sueños. ¿A quién le rindo cuentas? ¿Necesitaré un adiestrador o un mentor? ¿Cómo voy a saber si mis acciones van a dar los resultados que busco?
Lograr los sueños no es nada fácil, de hecho todos los sueños se han logrado en base al esfuerzo y al sacrificio de los que no esperaron a mañana, sino que comenzaron a construir su sueño. ¿Estás dispuesto? ¿Cuándo vas a comenzar?

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