viernes, 16 de octubre de 2015

Crecimiento En El Cambio

Al despertar esta mañana al fresco aire mañanero, ¡supe que había llegado!  Sé que todo ex estudiante o querido ex maestro me respondería con: “¿De veras… ya, tan pronto?
Al entrar septiembre comenzamos a ver las señales del otoño más claramente. Los autobuses escolares, la temporada de fútbol, y la inminente liga de baloncesto.  Y otra clave: ¡nos vemos despidiendo aquellas largas noches de verano con tristeza!  ¡Llegó el otoño!  ¡Mi estación favorita del año!
¡Se puede percibir la frescura en el aire que nos recuerda que estamos vivos!  Pronto veremos las hojas de los árboles decoradas en una variedad de colores y saludadas por ocasos tempraneros; es la forma en que la naturaleza nos recuerda que las cosas cambian.
Es el flujo normal de la vida en el que la naturaleza cierra la puerta con gracia al verano, lentamente,... abriendo la puerta al otoño. La rueda de la vida gira continuamente, recordándonos que la abundancia nunca está fuera de nuestra vista o alcance.
Estamos aquí para ver la belleza que nos rodea diariamente. ¿Podemos verla, no sólo en lo que nos rodea sino en cada persona? Las oportunidades se presentan siempre, alcanzándonos y esperando que las abracemos. Las oportunidades de ver la bondad, la belleza, la gratitud en una persona, un lugar o cosa que no quisimos o no reconocimos como tal, antes de este momento. Las cosas cambian.
Somos bendecidos en que “una vez que entendemos, podemos hacerlo mejor”. Nadie tiene el poder de quitarnos eso. Igual que no podemos detener la transición del verano en otoño, podemos aprender y crecer como las estaciones, en gratitud y amor.
Pensad sobre quién, qué o dónde pudimos experimentar recientemente un cambio.   ¡Quizás fue algo que nos entristeció, frustró o iluminó con gozo!  ¿Dónde está el crecimiento en ese cambio?
¿Podemos ver las bendiciones que se crearon en esos momentos, ofreciéndonos la oportunidad de fluir con la corriente en vez de ir en contra?
Sumergirnos en la emoción, abrazarla, agradecerla y luego dejarla ir, como las estaciones que pasan. Permitamos al cambio enseñarnos y veamos maravillas en ello. Maravillas que nos traigan paz mientras nos recuerdan toda la abundancia que nos rodea; ¡y lo volverá a hacer!...
Somos seres de amor, compasión y gratitud. ¡Feliz otoño a todos!  Recordemos que hay poder en los comienzos, y con cada nuevo comienzo hay siempre un cambio.
Definitivamente, la vida nos presenta la constante del cambio y también la creación de Dios nos lo recuerda periódicamente,… en el cambio de estaciones. Cada cambio nos presenta oportunidades para crecer como individuos y comunidades. ¿Por qué no abrazar las mismas como dádivas de parte del Señor para ser bendecidos y bendecir a otros?

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