Tomando el lado positivo de esta expresión podemos verificar su certeza y además, transformarla de un sarcástico “serás soñador...” a un entusiasta ¡el sueño es real!
Los sueños son deseos, anhelos y visiones que provienen de lo más profundo de nuestro corazón, cosas que realmente anhelamos, sean personales o materiales, y claro que son válidos. Dios nos hizo seres humanos con sentimientos y deseos, con imaginación y aspiraciones.
Las personas que sueñan, habitualmente viven con ganas de superarse, de tener una vida mejor, tienen una idea clara sobre lo que están dispuestos a realizar y sobre todo, creen firmemente que pueden transformar los sueños en realidad.
Todos tenemos algún sueño, algo que queremos y deseamos con todo nuestro corazón, quizá ser los mejores en nuestra profesión, los mejores en la escuela, formar una buena familia, servir a Dios en gran manera, etc.. También en algún momento, hemos escuchado opiniones de otras personas que dicen que no podremos, o ponen en duda nuestra capacidad para cumplirlos.
Puede que hayas escuchado comentarios o habladurías de que tus sueños no sirven de nada o que son imposibles, lo que hace que tú mismo dudes de tu capacidad para hacerlos realidad, pero...Jesús le dijo: si puedes creer, al que cree todo le es posible (Marcos 9:23).
Si tú tienes un sueño y crees que puede hacerse realidad, entonces es posible que suceda a pesar de que los demás no crean en ti y que, en algunos casos, hasta se burlen y piensen que eres solo un soñador; basta con que tú lo creas y te decidas a entregarle el sueño al único que lo puede hacer realidad, Dios. Dios es especialista en cumplir los sueños de las personas, sueños para bien, sueños que nos ayudan a desear ser mejores, y si son respaldados por Él, no tardarán en cumplirse.
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