martes, 4 de agosto de 2015

La Balsa

En 1816 una fragata francesa encalló cerca de Marruecos. No había suficientes botes salvavidas, y los restos del navío formaron la única balsa que mantuvo a 149 personas. La tempestad los arrastró a mar abierto durante más de 27 días sin rumbo.
La dramática experiencia de los sobrevivientes impresionó a un artista: Gericault, que hizo un estudio bastante completo de los detalles para su pintura. Entrevistó a los supervivientes, a los enfermos e incluso vio a los muertos. Horrorizado, reprodujo la íntima realidad humana en esa situación.
“La Balsa de la Medusa” de Theodore Gericault. Figuración de un acontecimiento que conmovió a Francia. El naufragio de la nave la Medusa (el 2 de Julio de 1816), con repercusiones que afectaron lo más profundo del alma humana. En ella, vemos las diferentes actitudes humanas manifestadas en los momentos críticos de la vida.
Nos queda pensar cómo estaríamos nosotros.
¿Cuántas veces atravesamos situaciones difíciles y de qué forma las enfrentamos? ¿Nos dejamos derrotar? ¿Tiramos a la deriva todas nuestras fuerzas? ¿No creemos que tengan solución? ¿Dudamos de todo y de todos? o... 
¿Somos los que mantenemos la esperanza por encima de todo? ¿No dejamos de esforzarnos para llegar al triunfo?
En la experiencia no se veía ningún navío que viniera a rescatarlos. Sin embargo, hay un grupo decidido a luchar hasta sus últimas fuerzas para salvar a toda la tripulación. La Balsa es el Planeta, y los tripulantes forman la Humanidad y las actitudes que cada uno adopta ante la vida.
“La esperanza está en Jesús quien nos hará triunfar en cada circunstancia que nos toque vivir”
Job 14:7 “Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñará aún, Y sus renuevos no faltarán”
Salmos 71:5 “Porque tú, oh Señor, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud.
Romanos 15:13 “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.”

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