“¿Alguien tiene sed? Venga y beba, ¡aunque no tenga dinero! Vengan, tomen vino o leche, ¡es todo gratis! ¿Por qué gastar su dinero en alimentos que no les dan fuerza? ¿Por qué pagar por comida que no les hace ningún bien? Escúchenme, y comerán lo que es bueno; disfrutarán de la mejor comida. Vengan a mí con los oídos bien abiertos. Escuchen, y encontrarán vida.”
Isaías 55:1-3 Nueva Traducción Viviente (NTV)
La invitación es sencilla, todo el que quiera ser saciado vaya a DIOS y beba. No importa lo que necesite, su presencia le saciará. Solo Él tiene la vida, Él es la vida.
El Espíritu de DIOS es suficiente para librarte de cualquier aflicción que estés viviendo. Él es la salvación, el poder, el perdón de pecados, la santidad, la alegría, la protección, la sanidad, el yugo fácil, la provisión, la promoción; en fin, todo lo que puedas necesitar, solo tienes que creerlo.
Mejor que cualquier medicamento es el Espíritu de DIOS. Solo Él quita de raíz la ansiedad, Él echa fuera la depresión y restaura sin calmantes el dormir. El Espíritu de DIOS revierte, en bienestar de los suyos, diagnósticos médicos adversos. Por medio de Sus palabras los huesos secos reviven, los muertos en vida reciben un nuevo comienzo. El Espíritu de DIOS trae alegría a aquellos que eran oprimidos por sus cargas. Él lleva luz a todo aquel que esté atrapado en las tinieblas y le lleva de vuelta al sosiego.
Jesús sabía lo valioso que es el Espíritu Santo para los que creen y por eso, escogió la Cruz. Para que por medio de Su obra, todos los que creyesen recibieran Su Espíritu para ser libres de cualquier carga.
Si tú tienes hambre y sed de DIOS, si hay cargas en ti que te oprimen, clama a DIOS y Él te saciará con Su Espíritu. La sangre de Cristo tiene todo el poder para quebrantar cualquier peso que estés llevando, solo créelo.
“Dios perdona mis pecados, sáciame con tu Espíritu y lléname de tu vida. Quebranta cualquier yugo de pecado que lleve sobre mí. Creo que Jesús es tu Hijo, que pagó por mis pecados y que está vivo. Envía a mí tu Espíritu Santo para que me ayude a hacer tu perfecta voluntad.” Oro esto en el nombre de Jesús, amén.”
Si tú has hecho esta oración, entonces has nacido de nuevo aunque no hayas sentido algo místico o sobrenatural. Desde hoy el Espíritu de Dios habita en ti (Gálatas 3:27), y Él te guiará a Su perfecta voluntad. De hoy en delante debes buscar a Dios de manera diaria y hacerle tu sustento. Háblale como un hijo a su padre y Él te responderá. Es sumamente importante que consigas una Biblia y la leas pidiéndole a Dios que te dé entendimiento. Busca una Iglesia Cristiana donde se sujeten a los principios de la Biblia; para esto pídele a Dios que te guíe a la Iglesia que Él tiene para ti, y al estar en ese lugar sabrás dentro de ti que esa es tu casa.
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