martes, 25 de agosto de 2015

El Lobo y el León

Una fábula cuenta que cierta vez, un lobo, después de capturar a un carnero en un rebaño, lo arrastraba a su guarida. Pero un león que lo observaba, salió a su paso y se lo arrebató.
Molesto el lobo, y guardando prudente distancia, le reclamó: “¡No es justo, me arrebatas lo que es mío!”
El león, riéndose, le dijo: “Ajá; seguro que me vas a decir que tú lo recibiste buenamente de un amigo”.
Moraleja: Lo que ha sido mal habido, de alguna forma llegará a ser perdido.

Sumergidos, como estamos, en medio de una sociedad dispuesta a hacer lo que sea por alcanzar el éxito personal, esta fábula de Esopo nos recuerda que en la vida no podemos andar de esa manera.
La Biblia nos recuerda que cosecharemos lo que hayamos sembrado… algo que, en la práctica, muy pocas personas parecen aceptar.
El caso es que parece que el enemigo de nuestras almas nos ciega en el momento que estamos en condiciones de sembrar, y solo nos anima el lograr las metas y objetivos proyectadas en el momento… sin importar las consecuencias para quienes nos rodean.
Pero, ¿quién dijo que tenemos que seguir haciendo eso? Bueno, menos mal que Dios está a nuestro lado brindándonos una nueva oportunidad para comenzar de nuevo. ¿Qué tal si la aceptamos? 
La experiencia me ha enseñado que los que siembran maldad cosechan desventura. Job 4:8.
Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. Salmo 126:5.

No hay comentarios:

Publicar un comentario