miércoles, 19 de agosto de 2015

El cristianismo de cada día

Dios es bueno. ¡Siempre! El Salmo 31:19 dice que Él atesora su bondad para quienes lo temen, lo reverencian y lo adoran. Este versículo también hace hincapié en la importancia de confiar en Dios delante de la gente. Esta frase sugiere que si yo rehúso ser lo que algunos pueden llamar un “cristiano encubierto”, y, en cambio, estoy abierto y vivo mi cristianismo delante de la gente, Dios atesora su bondad para mí. 
Muchas personas profesan ser cristianas pero no quieren admitir o vivir los principios de su fe cristiana fuera de los círculos del cristianismo. Son “cristianos de domingo”, pero su comportamiento el lunes no es diferente al de los no creyentes. Son “santos del domingo y pecadores del lunes”.
¡Alguna vez yo fui así! Acostumbraba a hacer todas las cosas consideradamente “correctas” en los círculos cristianos, pero no demostraba una fe vital y verdadera en cualquier otro lugar. Pertenecía a la junta de la iglesia, mi esposo era un anciano de la iglesia, nuestros hijos iban a una escuela cristiana, nuestra vida social giraba en torno a la iglesia, e incluso teníamos una serie de adhesivos cristianos pegados en el parachoques de nuestro coche. Sin embargo, ninguna persona de mi vecindario, habría hallado diferencia alguna entre mi comportamiento y el de una persona no salva. Tampoco en el trabajo, pues cualquier persona podría encontrar diferencia entre mis palabras y mi comportamiento, y me vería igual que los demás compañeros no salvos. ¡Quizá hubiera alguna diferencia, pero nadie la apreciaba! Yo no tomaba la firme posición que debería haber tomado por Dios.
Esto pasa así en muchos de nosotros. Por temor a ser rechazados, aislados o que se rían de nosotros, tememos tomar la posición cristiana y decir: “En realidad, yo soy cristiano, y no quiero oír a la gente tomar el nombre de Dios en vano. No estoy interesado en ir a ver películas en las que salen imágenes inapropiadas para mi mente, ni correr al bar cada noche después del trabajo para tener una, hipotética, ‘hora feliz’. Eso no va conmigo. Mi vida y mi relación con Cristo son demasiado importantes para mí”. Eso es lo que la Escritura quiere decir cuando dice que “los que te temen … los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres!”, serán bendecidos. Debemos cuidar más nuestra reputación en el cielo que nuestra reputación entre los hombres en la tierra. 
Manténgase firme por Dios, y nunca se sentirá avergonzado o incómodo delante de otras personas, de vivir la vida cristiana abierta y audazmente ante ellas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario