Cada día de nuestra vida tenemos oportunidades; desde que nos levantamos hasta que nos acostamos tenemos la bendición de elegir la vida que queremos llevar. Lo interesante es que nosotros sabemos qué es lo que tenemos que hacer, pero a pesar de ello no lo hacemos, no emprendemos la acción, y postergamos para mañana lo que necesitamos hacer hoy.
Pero si usted quiere que algo grande y bueno suceda en su vida, necesita tomar acciones en el día de hoy. ¿Qué es lo que busca y no hace?
“El ayer es historia. El mañana es un misterio. ¿Y hoy? Hoy es un regalo. Por eso lo llaman presente.”
El hoy es lo importante. Necesitamos dejar de analizar en exceso y tomar la iniciativa, dar los pasos que nos lleven a esa vida extraordinaria que queremos. Y el mayor obstáculo para alcanzar nuestros sueños somos nosotros mismos. Necesitamos dejar de racionalizar tanto y hacer que algo suceda en nuestra vida, porque nada sucederá hasta que no asumamos nuestra responsabilidad en ella.
Algunos podríamos identificarnos con estos pensamientos:
“Es que así he sido siempre, no puedo cambiar.”
“Un día mi vida va a cambiar, ya lo verán:”
“No puedo hacer nada, yo creo que Dios me quiere así”
“Debo hacerlo, pero…”
“Si él o ella no cambia no veo por qué yo sí tengo cambiar”
En fin, vivimos tratando de justificar nuestra vida, tratando de convencernos que es mejor quedarnos tal como estamos que ir hacia lugares desconocidos, ¿y si son inhóspitos? Es el mismo pensamiento mediocre que tenían los israelitas cuando Dios los sacó de Egipto; ellos querían ir a la tierra prometida, sí, pero sin pasar por el desierto. Muchos quieren cambiar su estatus vital pero no les agrada enfrentarse a los cambios. El miedo al fracaso se lo impide; piensan que emprender la acción es más doloroso que demorarla.
Con cierta frecuencia, nos quedamos esperando a que nos llegue la motivación para iniciar el cambio, pero, ¡caramba!, la motivación no llega por arte de magia. La motivación llegará cuando decida en firme dar el primer paso para alcanzar sus objetivos, y después va a seguir motivado para ir por más. Es cuestión de decisión.
Otras veces nos quedamos atrapados... planificando: queremos tener todo controlado antes de dar el primer paso, queremos tener las condiciones perfectas. Pero eso no tiene por qué suceder así; hay un refrán que dice: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. Si tiene un plan empiece lo antes posible, céntrese en los resultados que quiere lograr. Es probable que se equivoque o falle en el proceso, pero no tema fallar porque cuando menos conseguirá experiencia. Ésta es mucho mejor que lamentarse después por aquellas cosas que pudo haber hecho y no hizo.
Quizás usted haya leído la historia de Thomas A. Edison, quien tardó mucho tiempo en inventar la primera bombilla. Se rumorea que hizo más de 2000 experimentos hasta lograr perfeccionar el proyecto.
En una conferencia de prensa que se celebró para promocionar su nuevo invento, un periodista le preguntó: -Díganos, Señor Edison, ¿qué sintió después de haber fracasado dos mil veces tratando de hacer una bombilla?
Edison le contestó: Joven, yo no fracasé dos mil veces en hacerla; me limité a encontrar mil novecientas noventa y nueve formas de no hacer una bombilla.
Podemos aprender de Thomas Edison muchas cosas, pero la mejor de ellas es la iniciativa. Dios no tiene problemas con el mundo, y mucho menos con el diablo, todo está bajo sus pies. Sin embargo, sí tiene problemas con nosotros, que muchas veces no tomamos la iniciativa ante la vida que llevamos.
Podemos aprender de Thomas Edison muchas cosas, pero la mejor de ellas es la iniciativa. Dios no tiene problemas con el mundo, y mucho menos con el diablo, todo está bajo sus pies. Sin embargo, sí tiene problemas con nosotros, que muchas veces no tomamos la iniciativa ante la vida que llevamos.
“En el barbecho de los pobres hay mucho pan; mas se pierde por falta de juicio.” Proverbios 13:23 (RV1960)
Mucho de lo que no estamos obteniendo hoy en nuestras vidas es porque no lo hemos previsto antes, por falta de juicio o por falta de iniciativa. La vida cristiana tiene su abundancia y su propósito, pero muchos viven en la rutina, aburridos y sin propósito alguno, perdiéndose en vivir la aventura de su vida, y no disfrutan de sus relaciones, ni de su trabajo, de nada,... en fin, siempre es lo mismo. Pero hoy es tiempo de ir por más, es tiempo de comenzar a vivir una vida extraordinaria.
Cómo tomar la iniciativa:
1. Acepta la responsabilidad de tu propia vida.
2. Conoce dónde quieres estar.
3. Divide tu sueño en pequeñas partes que puedas dirigir.
4. Inicia el recorrido hoy.
2. Conoce dónde quieres estar.
3. Divide tu sueño en pequeñas partes que puedas dirigir.
4. Inicia el recorrido hoy.
“El mundo pertenece a los emprendedores”
No espere a que le llegue la inspiración. Cree hoy su propio incentivo para cambiar. No espere, tome la iniciativa que necesita para triunfar; deje de estar sentado y levántese a hacer lo que tiene que hacer y así obtendrá su premio.
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