viernes, 17 de julio de 2015

Dale Tiempo a Dios

Si tienes un problema muy agobiante, una necesidad muy grande en tu vida, tal vez el problema es que monopolizas toda la charla con Dios, y no le estás escuchando a Él para nada.
¡Deja de hablar tanto y dedica tiempo a escucharle! Escucha la Palabra de Dios. Quédate en silencio y deja que Él te hable.
Cuando estés en silencio, esperando en Él, escucharás un susurro, una suave voz. Alguien llamó a esto “impulso divino”, pues es como una impresión en tu corazón indicándote que tienes que hacer algo en particular.
Algunos creen que orar significa seguir pidiendo y pidiendo, seguir hablando y rezando, rogándole al Señor con una gran palabrería y una gran insistencia, para convencerlo de que nos conceda lo que queremos.
Este tipo de oración no demuestra mucha fe, ni confianza en que Él va a responder. Todo lo contrario, demuestra tu falta de fe e incredulidad, pues dudas que Él ya te oyó y que la respuesta está en camino.
Cuando ores, no necesitas seguir pidiéndole lo mismo, insistir tratando de expresar lo que quieres. Lo que en verdad necesitas es seguir ‘creyendo’, y ‘esperando con fe’. ¡Espera que Dios te responda! La respuesta está en camino, ¡Dios responderá!
¿Sabías que el sentido más sublime de la oración no es insistir o demandar a Dios? Es entrar en comunión con Él, remontando todo nuestro ser hacia los cielos y esperando con fe la respuesta divina.
A veces no oro con palabras.
Tomo mi corazón en mis dos manos,
y lo alzo hacia el Señor …
… Yo sé que Él me entiende.

A veces no oro con palabras.
Mi espíritu se postra a Sus pies,
Y con Su mano sobre mi cabeza,
nos comunicamos en dulce silencio.

A veces no oro con palabras,
pues estoy cansada y deseo reposar,
y mi corazón encuentra todo lo que anhela,
reposando sobre el gentil regazo de mi Salvador.


Si has orado mucho y aún no recibes la respuesta a tus peticiones; si sientes como si los cielos estuvieran cerrados y Él se ha hecho el sordo a tus ruegos y oraciones, recuerda esto:
Ninguna oración sincera a nuestro Padre Celestial ha sido ignorada o no ha sido respondida. Pero también es verdad que Dios tiene Su tiempo para el cumplimiento de Su propósito. Él sabe lo que es mejor para Sus hijos y a veces usa formas extrañas para disciplinarnos y enseñarnos, y eso lleva tiempo.
Dale Tiempo a Dios

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