miércoles, 15 de julio de 2015

Caminar Por Fe Según La Biblia

“…POR FE ANDAMOS, NO POR VISTA” (2 Corintios 5:7)

Un ciego que lleva un perro guía, “camina por fe” con su lazarillo. Tiene la certeza de que según lo que vea el perro, éste le avisará para seguir, parar o girar a la derecha o a la izquierda. Para comprender las señales que le da el perro, lo sujeta al arnés. Confía en el animal porque tiene algo que él no posee: la vista. Y ocurre lo mismo contigo y con Dios. Hoy te puede resultar poco claro a donde te está llevando. Como el ciego, que debe sujetar el arnés y estar conectado al perro guía, y que veces se preguntará: ¿por qué nos paramos en esta esquina tanto tiempo?, porque pasan vehículos, y de esa manera queda a salvo del peligro inadvertido.
Dios dice: “Guiaré a los ciegos por un camino que no conocían… Delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré y no los desampararé” (Isaías 42:16). Dios tiene tu mañana ya planificado aunque no te lo haya mostrado todavía. Él actúa sin tiempo establecido, por lo que no lo retienen las limitaciones contra las que nosotros luchamos. Pablo escribió: “Pido que (os) inunde de luz el corazón, para que (podáis) entender la esperanza segura que Él ha dado a los que llamó… pido en oración que (entendáis) la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en Él. Es el mismo gran poder que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios…” (Efesios 1:18-20 NTV).
“…POR FE ANDAMOS, NO POR VISTA” (2 Corintios 5:7)
Cuando decides volar a cierto lugar, tiene que darse todo lo siguiente:
1) Debes seleccionar la compañía aérea y el horario de vuelo que te convenga para ir al destino.
2) El avión debe cumplir con un horario que te indique cuándo parte y cuándo llega, y el piloto deber tener clara la ruta con anterioridad.
3) La línea aérea pone un precio que te puedes permitir. Después de eso, introduces tus datos en el ordenador y ya está todo listo para salir.
No obstante, lo que no va a pasar cuando llegues al aeropuerto es, que no pedirás que te expliquen cómo funciona el avión, qué botones va a pulsar el piloto y cuál será la velocidad o la altitud del vuelo, ni si volarán con control manual o con piloto automático. Tampoco te pondrás a discutir sobre el precio después de haber hecho la reserva y de haber pagado, porque estás seguro de que el avión es de fiar y de que el piloto tiene experiencia, lo que te da la confianza de que llegarás a tu destino sano y salvo.
Bueno, podrías pensar "¿Y si se cae el avión?" Pues si eres un hijo redimido de Dios, ¡te vas para arriba con Él! “…Partir y estar con Cristo… es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23). Te ocurra una cosa o la otra, ganas. Lo que haces es poner tu confianza en el avión, en el piloto y en la compañía aérea. Hoy Dios te pide que hagas lo mismo con Él, ¡ni más ni menos!

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