“En el principio....”: tiempo y espacio; ya antes del principio, antes de crear los cielos y la tierra Dios nos eligió, nos escogió y su hijo decidió morir por nosotros, ¡teníamos hasta el nombre que nos iba a poner nuestra madre!
“Dios dijo y así fue”: diez veces aparece esa frase en Génesis capítulo 1.
Lo que agranda la imagen que tienes de Dios. Él es el Eterno, el Todopoderoso, el Creador. “Vamos a engrandecer” porque Él es grande, vamos ensanchando su imagen. Todo lo que Dios ha hablado sobre ti así va a ser. Dios está hablando a tu vida para crear cosas extraordinarias en ella. Agrandar la imagen que tienes de Dios, es también, pensar cosas grandes de ti, porque eres único en el álbum de la vida, eres “la figurita difícil”. Por lo que tienes que quitarte la falsa imagen que alguien te puso: “eres una cucaracha”, ¡qué va!, tienes que creer en ti, porque Él te ha hecho grande.
En el cuarto día Dios creó el sol y la luna, en este orden, la lumbrera menor es la luna. ¿Por qué así? Porque aunque seas menor, para Dios siempre vas a ser grande aunque te tape el sol. Dentro de ti hay un potencial extraordinario que se va a liberar con poder.
Pedro era Simón, y Jesús le cambia el nombre: “para mí vas a ser roca”. No miró lo que era en ese momento sino lo que iba a llegar a ser en los próximos años. Somos como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.
Satanás le decía a Jesús: “corta el ayuno”: “deja el proyecto que Dios te ha dado, pues Dios no te va a respaldar en este sueño porque ya estás débil. Pero Jesús no abandonó el ayuno que representaba su propósito, su plan, su proyecto, su sueño; por eso le contestó: “en un par de horas los ángeles me darán de comer y me abrirán los cielos”.
No le tienes que demostrar nada a nadie, Jesús no le demostró nada a Satanás que no supiera, en el desierto donde lo tentó. No pierdas el sueño, porque si lo pierdes, pierdes todo lo que te gusta, todo lo que te motiva a vivir.
No le tienes que demostrar nada a nadie, Jesús no le demostró nada a Satanás que no supiera, en el desierto donde lo tentó. No pierdas el sueño, porque si lo pierdes, pierdes todo lo que te gusta, todo lo que te motiva a vivir.
Tengo una presión interna: "siempre creo que me faltan 5 kg. para el peso ideal", “debería haber estudiado más”, “haber trabajado mejor”, etc. Todos tenemos una super-exigencia interna, y, ¿por qué?, ¿por qué quieres ser perfecto/a? ¿A qué ideal estás respondiendo? ¿Quién te dijo que para que te quieran tienes que ser perfecto/a? El ideal te va matando, porque no es tuyo viene de afuera.
El único que te entiende es Jesucristo, Él está caminando contigo, Él te prometió que va a estar siempre a tu lado. No hay otro/a como tú que pueda alcanzar el sueño, lucha por tus propios ideales, deja de querer ser como el otro, “alcanza lo que tú quieres”, activa el principio de la creatividad: “¿qué me gustaría ser y hacer?”.
La historia de los gemelos Jacob y Esaú, nos deja una gran enseñanza. Cuando estaba por nacer el mayor que era Esaú, Jacob lo agarró del talón y este salió segundo ¿Por qué le agarró el talón? porque ya estaba profetizado así.
Esaú representa a los que no valoran lo espiritual, la gente que no ama a Dios; son superficiales como él, que vendió su primogenitura por un plato de lentejas; “vio el guiso rojo y dijo dámelo”; el que no ama lo espiritual tiene ansiedad, no disfruta. Nadie se murió por no comer un día, porque la gente que no ama a Dios siempre pone excusas. La verdad es que a Esaú no le importaban las cosas de Dios.
Dios le dijo a satanás: “voy a mandar un salvador, tu gente mala va a pelear contra la simiente de Eva, pero su descendencia le va a pegar en la cabeza a los malos, y tu semilla le va a pegar en el talón a su simiente para que no pisen en fe”. Las promesas que Dios te ha dado por años, no las tomaste porque satanás te pegó en el talón, pero hoy declara: “¡todo lo que pise, Dios me lo va a dar a mí, yo voy a pisar en fe todas las promesas que Él me ha dado; porque en Jesucristo soy el primogénito, y seré el primero en mi familia que alcanzará todas sus bendiciones!”
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