jueves, 12 de febrero de 2015

Cómo Salir de la Tentación - vencerla

“BIENAVENTURADO EL HOMBRE QUE SOPORTA LA TENTACIÓN” (Santiago 1:12)
Todas las tentaciones son oportunidades que nos sirven para crecer. Cada vez que decides hacer lo bueno en vez de lo malo estás creciendo en el carácter de Cristo. Y ¿cuáles son sus características? “…amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…” (Gálatas 5:22b-23).
De acuerdo, pero ¿te levantas un día teniendo de repente todas estas cualidades? No, el fruto crece despacio. No te desanimes si tu progreso es más lento de lo que te gustaría. Hasta Pablo confesó: “…porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Romanos 7:18b).
Dios desarrolla el fruto del Espíritu en nuestras vidas, dejando que vivamos bajo circunstancias en las cuales somos tentados a expresar los atributos opuestos. No puedes afirmar ser bueno si nunca has sido tentado a ser malo. No puedes mantener que eres fiel si nunca has sido tentado hacia la infidelidad.
Uno de los secretos de triunfar sobre la tentación es estar preparado antes de que llegue. Unas situaciones te harán más vulnerable a la tentación que otras. Estas situaciones harán que tropieces casi inmediatamente, mientras que otras apenas te incomodarán. Eso sí, Satanás dirige las tentaciones hacia tus áreas más débiles. Así que, debes identificarlas de inmediato, porque él las conoce sin lugar a dudas. Sabe lo que te hace tropezar y trabaja constantemente, para que te lleguen esas circunstancias. Por eso, Pedro nos advierte: “…velad, porque… el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).

Vencer la Tentación

…PARA QUE SATANÁS NO SAQUE VENTAJA ALGUNA SOBRE NOSOTROS… (2 Corintios 2:11)
Aquí tenemos tres estrategias eficaces para ayudarnos a vencer la tentación:
(1) Esperarla
A no ser que esperes la tentación, no te prepararás para ella. La tentación comienza en tu mente. Cualquier actitud que se muestra con tus actos fue primero, una batalla perdida en tu voluntad. Por eso, Pablo escribió: “…para que Satanás no saque ventaja alguna sobre nosotros…” (2 Corintios 2:11).

2) Percibirla
Pide a Dios que te ayude a discernir los avances de Satanás y protégete para cuando te llegue el impacto. Una pared manchada de tinta en el Castillo Wartburg, en Alemania, ilustra el planteamiento. Mientras que estaba orando, Lutero (inspirador de la Reforma Protestante) detectó de repente la presencia del enemigo. La historia cuenta que tomó un tintero y lo estrelló contra la pared en la que estaba el diablo. Lutero notó el avance siniestro del adversario y respondió del mejor modo que sabía. ¿Exageración? Tal vez, ¿pero tienes tú esta clase de sensibilidad espiritual?

(3) Rechazarla
Intenta jugar con el diablo y él te derrotará. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7). A Satanás le gustaría que lo hicieras al revés: resistir a Dios y rendirte a él; ¡es una trampa! No te hagas el listo, dile; recházalo. Si hoy estás luchando contra la tentación, “No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades… fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:15-16).

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