Plantados en la casa del Señor,
en los atrios de nuestro Dios florecerán.
Aun en la vejez fructificarán. Salmo 92:13-14.
en los atrios de nuestro Dios florecerán.
Aun en la vejez fructificarán. Salmo 92:13-14.
Con los años nuestras fuerzas disminuyen. Un atleta profesional lo experimenta relativamente temprano, pero si vivimos bastante tiempo, estamos confrontados más tiempo a la misma prueba, cada uno a su manera. Con el paso de los años nuestro cuerpo y nuestra mente pierden su vigor, pero el creyente puede renovar sus fuerzas espirituales hasta los últimos días. Mientras todo su ser decae, puede llevar fruto para Dios y progresar en su intimidad con Jesús, hasta el momento en que le verá.
Pero, ¿qué significa llevar fruto para Dios? Es cumplir su Voluntad en nuestra vida diaria, esa su Voluntad agradable y perfecta, manifestando amor, gozo, paz, paciencia… La vida nueva que Dios da al creyente, solo puede llevar este fruto hasta la madurez si el creyente se deja atender por los diversos cuidados de su Padre.
He aquí el deseo que expresaba un amigo cristiano de 80 años: Al llegar a la última etapa de mi vida, deseo que ésta sea un camino de profundo amor a los demás, dado por el Señor, y de servicio en la oración por todos aquellos que me rodean. Es maravilloso ver que con la edad, también aumenta el ser consciente de tener una misión de parte del Señor. Oro a Dios para que me fortalezca con miras a esa misión, quizás invisible para los demás, pero fundada en el amor de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario