lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Estás sirviendo ahí donde estás?

EFESIOS 2:10 “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”. 
En una ocasión, una mujer le escribió a la madre Teresa, desde los Estados Unidos, expresándole su deseo de unirse al ministerio que ella tenía en la India. La madre Teresa le contestó simplemente: “Busca tu propia Calcuta”. ¿Acaso habría algo de romanticismo en el deseo de aquella mujer, de obviar todo su pasado y servir en una tierra exótica y distante? Cualesquiera que fueran sus motivaciones, el breve mensaje que recibió Teresa, encierra un consejo suyo, lleno de discernimiento espiritual al que todos deberíamos prestar atención.
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Esta es la esencia del mensaje del apóstol Pablo a la iglesia de Corinto, vista en el texto anterior: “sirvan al Señor en cualquier situación en la que Él los haya colocado”. Muchas veces deseamos servir a DIOS, pero pensamos en algo lejano y quizás complicado, sin darnos cuenta que muy cerca hay grandes oportunidades de servirle. Los hambrientos, los necesitados, los que sufren, los que no han oído las buenas nuevas de salvación en Cristo Jesús, todos estos se encuentran en nuestro barrio o en los alrededores, y con toda seguridad, es más fácil satisfacer sus necesidades. 
La Biblia nos dice que cuando recibimos a Jesucristo como Salvador, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros. Es decir, tenemos dentro de nosotros ese poder prometido a los discípulos. El mismo Espíritu que impulsaba a Jesús a predicar, a sanar, a suplir las necesidades de tantos necesitados. Dice Mateo 9:36 que, al ver las multitudes, el Señor “tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”
¿Es esto mismo lo que sientes cuando ves a tu alrededor tantas personas que caminan a ciegas en este mundo, tropezando, cayendo, golpeándose porque no conocen al Gran Pastor de ovejas? ¿Qué has hecho para ayudar a aquellos que viven a tu alrededor o a unas manzanas de tu casa? 
Muchas veces los talentos y capacidades que el Señor nos ha dado, los dedicamos al provecho propio y olvidamos que esos talentos y capacidades son dones de DIOS, que deben ser usados en la edificación de su obra.
Jesús dijo a sus seguidores: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” (Mateo 9:37-38). Si ya estás sirviendo al Señor, ¡Gloria a DIOS! 
Continúa sirviéndolo donde quiera que se te presente la oportunidad de hacerlo. Si no lo estás haciendo, medita en esta enseñanza. La cosecha es mucha y hacen falta obreros en la viña del Señor. 
Busca tu propia Calcuta. DIOS espera por ti. 
Bendito Dios, te ruego que me ayudes a identificar las oportunidades para servirte y capacítame para hacerlo de acuerdo a Tus planes, en las vidas de aquellos que no te conocen y están a mi alrededor. En el nombre de Jesús, amén. 

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