miércoles, 1 de octubre de 2014

La amistad es un Regalo de Dios

Es célebre la amistad que ligaba a los dos guerreros griegos Pelópidas y Epaminondas.
Era tanta que, en la batalla de Mantinea unieron sus escudos para poder pelear juntos y ayudarse mutuamente.
Lucharon así durante algún tiempo y estuvieron derrotando a sus enemigos, hasta que Pelópidas cayó herido y, derramando mucha sangre por las heridas, estaba a punto de morir. Entonces, Epaminondas decidió seguir peleando al lado del cuerpo de Pelópidas, aunque él mismo tuviera que morir junto a su amigo, de quien creyó que moriría en ese lugar.
Epaminondas, también herido gravemente, permaneció luchando así, hasta que llegaron otros compatriotas que rescataron a los dos amigos moribundos.
Desde aquel día esa amistad llegó a ser proverbial. Después fueron ascendidos a jefes del Ejército Tebano (de Tebas, ciudad de Grecia) con la misma autoridad, y nunca existió rivalidad ni envidia entre ellos.
La amistad es un regalo de Dios. Cuando respetamos la verdadera amistad, respetamos uno de los mejores regalos dados por Dios al hombre. Y la perla que adorna este regalo es la lealtad.
1 Samuel 30:26
Y cuando David llegó a Siclag, envió del botín a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros del botín de los enemigos del Señor.

Job 19:21 
!Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí! Porque la mano de Dios me ha tocado.

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