martes, 7 de octubre de 2014

Carta a un amigo

Joven: Te escribo a ti, porque eres fuerte, mi palabra permanece en ti y has vencido al maligno. Hijo mío, no ames al mundo ni las cosas que están en él. Si lo amas, el amor de mi Padre no está en ti. Porque entonces, todo lo que hay en ti no proviene de mi Padre sino del mundo, pero el que hace la voluntad de mi Padre permanece en mí para siempre. Joven, tú tienes mi unción y conoces mi verdad.
No me niegues, no lo hagas porque si me niegas aquí en la tierra yo te negare en el cielo, y no tendrás parte conmigo, así que confiésame y dile a otros lo mucho que te amo. Hijo mío, tú sabes que lo que has oído desde el principio aún permanece en ti, y por eso, mi niño, yo te daré la vida eterna.
Te escribo sobre esto para que nadie te engañe. Recuerda, mi unción está contigo; yo te he llenado de mi presencia y no te dejaré. Permanece en mí porque yo soy justo. Clama a mí y yo te responderé.
Hijo mío, que nadie infravalore tu juventud. Sé ejemplo para otros, déjate usar por mí y verás mi gloria. Yo te amo y tú lo sabes, fue tan grande mi amor por ti que di mi vida en aquella cruz, y si tuviera que hacerlo nuevamente, lo haría.
No descuides el don que hay en ti. Recuerda mi llamado, porque ese llamado que te hice, igual que los dones que te he dado, son irrevocables, así que haz lo que te he enviado a hacer. Eres una flor de mi jardín.
Recuerda que nadie te amará como yo. Espera en mí porque no tardo. Te amo y te amaré siempre. 
Tu amigo fiel, JESÚS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario