Podemos mirar cada día como ganado o perdido.
Si te sientas al caer de la tarde,
cuentas las acciones que has hecho,
y al contarlas encuentras
un sacrificio o una palabra
que alivió el corazón de quien la escuchó,
o una mirada de bondad llena
que lo bañó como un rayo de sol vivificante,
entonces, ¡podrás contar
COMO BIEN EMPLEADO ESE DÍA!
Pero si pasas las horas de otro día,
no has aliviado ningún corazón con un detalle,
si en todas esas horas no dejaste ni una huella,
ni bañaste de luz un rostro triste,
ni recuerdas una acción pequeña
que levanta un alma y nada cuesta,
entonces…
¡CUENTA COMO PERDIDO ESE DÍA!
Filipenses 4:6
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
1 Pedro 5:7
echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5:7
echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
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