domingo, 17 de agosto de 2014

Caminando Juntos

¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? Amos 3:3 Reina-Valera 1960
El profeta Amós hace una interesante pregunta para todos: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” Ponerse de acuerdo significa ser unánimes en un asunto y por lo general, deben existir dos o más personas para empatizar. Un acuerdo empieza con una sencilla comunicación, y esta puede acabar bien o mal. Este versículo bíblico (Amós 3:3), es aplicable a todas las áreas de nuestras vidas, especialmente en el matrimonio.
¿Cuántas parejas matrimoniales se han divorciado porque no han estado de acuerdo en decisiones que les conciernen a ambos?
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El problema más grande, especialmente en la actualidad, es que vivimos en un tiempo de entretenimiento y ocupaciones tal, que casi la gran mayoría de casados no tienen tiempo para comunicarse con sus parejas. Cuando un matrimonio decide tomar diversas decisiones, significa que cada uno hace lo que le da la gana, andan en diferentes direcciones. Y si no andan juntos, nunca estarán de acuerdo. Para que un hombre y una mujer, ya casados, caminen juntos y en un total acuerdo debe haber:
Amor: Ese enamoramiento, esa chispa que encendió el corazón por primera vez. Esa pasión que se sintió en el estómago cuando la/lo viste por primera vez. Aunque ya lleven uno o treinta años de casados, ese enamoramiento o pasión tiene que permanecer cada día más fuerte en la pareja. El amor no es una emoción pasajera como muchos dicen, el amor es una relación íntima y muy profunda. Hay parejas que dicen: “Es que ya no se siente lo mismo y no lo comprendo”, “él quiere hacer una cosa y yo quiero hacer otra”.
¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
No pueden andar juntos dos personas que no estén en un total acuerdo, a menos que exista todavía amor entre ambos y ese amor los lleve a caminar juntos. El amor cubre multitud de pecados. “Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 Pedro 4:8). Ese amor ferviente no debe apagarse, esa chispa debe mantenerse con llamas encendidas en todo tiempo. Ese amor apasionado que surgió al principio, debe prevalecer para mantener una buena comunicación de pareja. El enamoramiento del comienzo debe recordarse cada día y el hacerlo, producirá recuerdos apasionados que se deben continuar para fortalecer el vínculo matrimonial. Cabe mencionar que, en las relaciones de parejas van a existir desacuerdos, pero si hay amor las comunicaciones se mejoran. 
Hermanos, siempre existirán desacuerdos en las parejas, pero está de nuestra parte cómo vamos a resolver estos desacuerdos. No podemos abrirle la puerta a Satanás, es necesario reprender todo pensamiento cautivo, todo desacuerdo en el nombre de Jesús. Esto es una guerra que tenemos que ganarla en el nombre de Jesús, puesto que el enemigo anda como león rugiente buscando a quién devorar y su concentración está en la familia. “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales” (Efesios 6:12). El plan de Satanás es emplear cualquier medio para exterminar la familia, y por esa razón, como cristianos, es necesario llenarnos de todas las armaduras de Dios para luchar por nuestras familias, en especial por los matrimonios. Efesios 6:10-18
Cuando un hombre y una mujer se unen en matrimonio, inmediatamente se convierten en uno para todo, y es necesario estar de acuerdo en todos los diálogos para que puedan caminar juntos. Es necesario que la sabiduría de Dios esté presente en cada decisión o dialogo. Invita al Espíritu Santo de Dios en todas tus metas con tu pareja y verás cómo el Señor Todopoderoso los guiará por el mejor camino. El Señor tiene la habilidad de transformar el desacuerdo en un acuerdo. ¡Gloria a Dios!
Veamos la parábola del hijo pródigo que se encuentra en Lucas 15:11-32. El hijo no andaba de acuerdo con su padre, y por tanto, le pidió su herencia y se fue de la casa. Malgastó la herencia que su padre le había dado, con mujeres y deleites de la vida. Mientras tanto, su padre seguía amándolo y esperando por él. Cuando el hijo pródigo entró en razón, decidió volver a la casa de su padre. Éste lo recibió con alegría y gozo porque lo amaba. A partir de ese momento el padre y el hijo lograron caminar juntos y en total acuerdo. Eso mismo ocurre cuando por desobediencia, nos apartamos del Señor. Dios desea tener una comunión íntima con Sus hijos porque nos ama y quiere lo mejor para nosotros. El Señor anhela que Sus hijos caminen de acuerdo a Sus mandamientos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá. Salmos 1:6
El anhelo de Dios es que la familia que Él ha creado, ande unida y en amor, pues el amor lo puede todo. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7).  Mateo 18:19-20 “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidan, les será hecho por Mi Padre en el cielo. Porque donde están dos o tres congregados en Mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos. “
Amantísimo Padre Celestial, Padre Eterno, gracias por el amor que me das cada día. Permite que este escrito sea de bendición a todos los matrimonios y que en ellos, cada uno camine junto al otro, en total acuerdo. Gracias por la elección que hiciste al escoger a mi esposa (esposo) para mí. Espíritu Santo, te invito a que en cada momento de mi matrimonio puedas comprender a mi esposa/o y que él/ ella me comprenda a mí. Ayúdanos a caminar juntos y que podamos estar siempre acuerdo en nuestras conversaciones. Lléname de Tu amor cada día para amarte y amar a mi esposa (esposo). Señor Jesucristo, te invito a que reines en cada momento en mi hogar, y que cada día las llamas del amor continúen reinando en mi relación matrimonial. En el nombre de Jesús declaro bendiciones al pueblo de Dios. Declaro que el enemigo no prevalecerá en contra de la familia en el nombre de Jesús. En el nombre de Jesús, declaro que la llama del amor reine y permanezca en cada matrimonio que está leyendo este mensaje. Declaro unidad para cada matrimonio que ahora mismo se encuentra en desacuerdo. Señor, Tú eres la Viña y nosotros somos Tu rama, por lo tanto, estamos conectados contigo para llevar frutos. Declaro que cada matrimonio esté conectado en Ti oh Dios. 
Gracias por Tu promesa: “si permanecen en Mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá” (Juan 15:7). ¡Amén!

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