domingo, 18 de mayo de 2014

¿Qué Pasará En Mi Futuro? - Crecimiento personal-espiritual

“A todos nos debería interesar el futuro porque allí tendremos que pasar el resto de la vida”
Realmente, como seres humanos que somos, queremos sentirnos plenos en la vida y culminar bien. ¿Cómo quieren terminar su vida las personas? Nadie quiere terminar mal, todos quieren terminar bien. Sin embargo, descubrimos que las personas no saben cómo hacerlo porque desconocen todo el potencial que hay dentro de ellos, y por eso viven frustrados, pensando en lo que pudo haber sido o lo que podrían hacer.
¿Eres tú de esas personas, que piensan que a Dios no le importan tus sueños? ¿A Dios le importa tu futuro? Seguro que sí, le importas mucho a Dios y tus sueños sí le interesan. Pero puedes llegar a creer que, si le interesaras de verdad, no estarías pasando por lo que estás viviendo. El caso es que siempre estamos buscando justificaciones para no creer que somos nosotros, que son nuestras decisiones, las que nos llevaron a donde estamos. Nos llenamos de temor para no conocer su Voluntad, porque Dios puede pedirnos algo que no nos gusta. Tememos pagar el precio porque nos encanta la vida cómoda.
Pero tu futuro está de acuerdo a lo que ves en tu corazón y te llena de gozo, siempre que no esté en contra de la Palabra de Dios. Los planes de Dios son de bienestar y no de calamidad. Piensa, ¿qué es lo que verdaderamente te llena de gozo?, porque lo que te produce gozo es lo que le da sentido y propósito a tu vida. ¿Lo que estás haciendo hoy te produce gozo o depresión? Si lo que estás haciendo en tu vida, te está produciendo ira, enojo, depresión, ansiedad, o preocupación, es tiempo de que hagas un alto y busques la ayuda necesaria para volver a la senda de los propósitos de gozo y paz.
Para terminar bien en la vida, necesitamos la actitud de Pablo: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.”2 Timoteo 4:7 (NVI)
Aquí vemos tres cosas que podemos aprender:
1.    Pelear la buena batalla. En la vida, estamos constantemente librando batallas, y debemos recordar que estamos en el equipo ganador. Tenemos asegurada la victoria, pero debemos apropiarnos de cada una de las promesas de Dios. Jacob luchó por una bendición, y Dios le bendijo. 
¿Estás peleando la buena batalla? Ahora bien, ir a una batalla requiere conocer y usar las armas que se tiene. Cuando conoces tus armas y las usas bien, acabas con los gigantes. ¿Cómo estás librando las batallas de la vida?
2.    He terminado la carrera. La vida es una carrera, y debemos correrla bien si queremos ganar el premio. Lo importante no es correr la carrera, es poder terminarla. No pretendamos vivir la vida tomando atajos, como en la carrera de la liebre y la tortuga. Así no la acabaremos. Para terminar la carrera necesitamos mantener la disciplina, la paciencia, la determinación, el gozo. No podemos acabar bien la carrera, si no nos entrenamos para la misma. 
¿Estás preparándote para el futuro? ¿Cómo te ejercitas para llegar a dónde quieres llegar?
3.    He mantenido la fe. Todos hemos leído acerca de la fe y hemos escuchado historias de ella, pero ¿verdaderamente tengo fe de que eso va a suceder en mi vida? ¿Cuánto tiempo debo esperar? Si tienes fe, demuéstrala con tus acciones, establece un plan de acción y ejecútalo para llegar a tu destino; y además, la fe requiere esperar hasta que Dios nos permita avanzar, según su tiempo. La clave en todo esto, es la obediencia. Abraham esperó 25 años para ver su destino cumplido, Moisés esperó 40 años, David 14. ¿Cuántos años tienes que esperar? No se sabe, lo que sí se sabe es que debes tomar acción, que debes caminar hacia tu destino, y Dios te irá mostrando lo que necesitas aprender. Sobre todo, Él quiere transformar tu ser, tal como hizo con cada uno de los héroes de la fe. ¿Estás manteniendo la fe en ti o en Dios?
Nada sucederá hasta que no des el primer paso. Nuestro sentido del destino está en el hacer, y la oportunidad en el hacer radica en la voluntad que tengamos de comenzar de nuevo. Abraham se movió y Dios le bendijo con un futuro grandioso, padre de naciones, y de allí vino la simiente de David. Podemos ver que Abraham salió de su zona cómoda a una zona de expansión y alcanzó un futuro mejor. ¿Estás viviendo en una zona cómoda o estás atravesando un desierto en tu vida? ¿Quieres un futuro mejor?
Tú puedes hacer de tu futuro el mejor, descubriendo y manifestando lo que Dios puso en tu corazón. 

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