jueves, 24 de abril de 2014

Porque me conociste - Reflexiones

Corría el invierno del 1999, y allí estaba Jaume Rucabado, oceanógrafo conocidísimo entre los de su gremio, que languidecía en el Hospital Oncológico de Barcelona a sus cincuenta y pocos años.
La quimioterapia no había conseguido derrotar al cáncer, que se había afincado en el páncreas. Directo, sincero, gran trabajador, con gafas desde donde te escudriñaba.
Las enfermeras, acostumbradas a la muerte, ven con gran sorpresa cómo Jaume, desde hace meses, se ha encontrado con Dios en su misma Cruz; no salen de su admiración por aquel hombre que se les iba apagando, mientras les hacía reír con deliciosas y divertidas caricaturas.
Una de ellas le pregunta:
Jaume, ¿crees que yo iré al cielo?
Jaume la mira largamente, sabiendo que ella no practicaba la Fe cristiana; se atusa la barba y con una sonrisa le dice:
- Sí: tú irás al cielo.
- ¿Cómo puedes decirlo tan seguro? ¿Por qué dices que iré al cielo?
- Porque me has conocido a mí y a …
Jaume Rucabado murió el 6 de enero de 1999. El día de su entierro aquella enfermera hizo una breve oración, aceptó a Dios en su corazón, y recibió el premio del cielo de una sincera conversión.
No era presunción, ni prepotencia de parte de Jaume, lo que pasaba era que él se había dado a Dios; Jesucristo le había aceptado y ahora actuaba a través suyo, teniendo la certeza de que su ejemplo de vida sería suficiente para que aquella enfermera conociera a Jesús.
Y Tú, ¿podrás responder igual, si alguien te hace la misma pregunta?
1 Timoteo 4:12
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Efesios 5:15,16
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”

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