La esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. No perdamos la esperanza. Dios es fiel a Sus promesas. Romanos 5:5.
Si crees estar sin esperanza, reflexiona sobre la actitud que tomarás ante cualquier crisis que vivas tú, tu familia, tu país; corre a Dios que te entiende, pídele Su perdón y Su ayuda, porque cuando Él entra en acción, nadie le puede parar, y la Esperanza en Él nos da fuerzas.
Él nos llama a escucharle y obedecerle, para que no nos volvamos locos y no pronunciemos más: "Estoy sin Esperanza."
No hay comentarios:
Publicar un comentario