“Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.”(Efesios 6:18. NTV)
Hay personas que, con frecuencia, creen haber cumplido en su relación con Dios simplemente por asistir a los cultos, por ofrendar para el Reino y por leer uno que otro capítulo de la Biblia. ¡Tremendo error! No se concibe un cristiano que no pase tiempo en oración y tampoco que un discípulo del Señor Jesús no experimente crecimiento en la intimidad con Dios. Tiempo y crecimiento en el Señor, son dos asuntos que van de la mano. Es importante que reconozcamos la oración como parte fundamental de nuestra vida espiritual.
Es aquí donde cabe recordar lo que anotaba Reuber Archer Torrey: “Todos los hombres poderosos de Dios, aparte de los que menciona la Biblia, han sido hombres de oración. Han sido diferentes entre sí en muchas cosas, pero en esto han sido iguales: en la oración.” (Reuber Archer Torrey). “Cómo orar”.
Un mensaje que transforma vidas está regado por oración; un ministerio cristiano fuerte está rodeado de oración; una vida en íntima comunión con Dios, tiene un eje alrededor del cual gravita: oración, y los resultados son contundentes.
Un mensaje que transforma vidas está regado por oración; un ministerio cristiano fuerte está rodeado de oración; una vida en íntima comunión con Dios, tiene un eje alrededor del cual gravita: oración, y los resultados son contundentes.
El apóstol Pablo es un ejemplo fehaciente. Fue siempre un hombre de oración y bajo ese principio de vida y su disciplina devocional, escribió el versículo del inicio.(Efesios 6:18. NTV)
No fue simplemente una anotación al margen en su carta a los creyentes de Éfeso. Era una instrucción específica que no debían pasar por alto.
Lea detenidamente el texto de la Escritura: Plantea que se debe orar en todo tiempo, con toda oración y perseverancia, orando por todos. Debe ser esencialmente una disposición de comunicación permanente con el Señor.
¿Y resulta fácil orar? Esa pregunta que quizá se está formulando, es muy interesante, porque estar en la Presencia del Señor tiene muchos impedimentos. ¿Quién pone los obstáculos?: El enemigo espiritual. “El enemigo espiritual es astuto, es poderoso, nunca descansa, está conspirando siempre por la caída de los hijos de Dios; y si el hijo de Dios se relaja en su vida de oración, el demonio terminará triunfando porque le engañará.”(Reuber Archer Torrey). “Cómo orar”.
¿Ha pensado por un momento la enorme responsabilidad que nos asiste como hombres y mujeres de oración? No basta con tener sobre nuestros hombros la responsabilidad de un ministerio. Es necesario estar a la altura de ese enorme privilegio, y lo hacemos desarrollando intimidad en la relación con el Señor, nuestra fuente de poder, Aquél que nos llamó al ministerio a servir en el Reino de Dios.
Una mujer consagrada al Señor se quejaba porque la tenían relegada en la congregación.
-“¿Usted ora?”
-“Claro, y bastante…”, dijo.
-“¿Y estando en uno de los mejores ministerios como es el de la intercesión, todavía se queja?”.
La oración es un asunto de disciplina, compromiso, perseverancia. Tres elementos esenciales que deben converger en quienes nos llamamos seguidores de Jesús el Señor. “Quien no pasa la mayoría de su tiempo orando, no puede considerarse un seguidor fiel de Jesucristo.”
Un distintivo de los seguidores de Cristo es pasar tiempo en oración. ¿Cuánto tiempo? El que más pueda. Intimidad con Dios, esa es la meta. Buscar Su rostro. Mantenernos en Su Presencia.
Pregúntese ¿Cómo anda su vida de oración? ¿Está descuidando la búsqueda de Dios? Hoy es el día para tomar una decisión. Para desarrollar intimidad con el Señor es fundamental la disposición de corazón. Él sabe cómo se ha de hacer… y nos ayuda en el proceso.
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