jueves, 20 de febrero de 2014

El Líder Navegante - Liderazgo

El Liderazgo es como subirse a bordo del barco propio y levar velas, para iniciar la maravillosa aventura por los grandes océanos de la vida.
Muchas personas se detienen en este navegar de la vida, abatidas por el cansancio de tantos y tantos naufragios. Esto es lo que se conoce como “fracaso”. La palabra “fracaso” proviene del italiano antiguo “fracasare”, que era como aquél suceso donde el barco comenzaba a hundirse, debido a que su casco (parte inferior de la nave), había sido quebrado por enormes rocas ocultas bajo el mar por el que transitaba.
El Líder aprende a navegar después de naufragar muchas veces en los mares de la impotencia, de la decepción, del fracaso... Estos tempestuosos mares son los lugares trascendentales en los que nace la “Oportunidad”. La palabra “Oportunidad” deriva del latín “Opportunitas”, compuesta por “Op”, que significa “Antes” y “Portus”, que se traduce como “Puerto”, es decir: “Antes del Puerto”.
El Líder es Usted y cada uno de nosotros, cuando decidimos tomar las oportunidades que se encuentran en medio de los mares de la vida, como medios de lograr todas las metas que nos proponemos. Son aquellas personas que definen la “suerte” como el punto de unión entre la “oportunidad” y la preparación. Después de mucho navegar y naufragar se llega finalmente a “buen puerto”.
 La sal de la vida se encuentra en esos océanos llenos de “grandes olas”..., y nos encontramos con el auténtico significado de “Abundancia” (del latín “Ab”, Superior, Agrandar; y “Unda”, Ola).
Y como líderes o capitanes del barco, tenemos el grandioso desafío de conquistar los siete mares de la vida: La Espiritualidad, las Relaciones, la Salud, el Trabajo o Profesión, el Patrimonio o las Finanzas, el Ocio Creativo o Recreativo y el Legado o Propósito Superior.
El Líder es un intrépido navegante que conoce "sus dos aguas saladas”:
La primera agua salada es el sudor, que simboliza su fuerza extrema y empeño por trabajar de sol a sol, para lograr su superación constante.
La segunda agua salada es el llanto, que es una invitación a ser compasivo y sensible con el mundo, y a ser capaz de emocionarse de sus propios logros alcanzados, para poder compartirlos con quienes le acompañan en su hermosa aventura por los océanos de la existencia humana.
Usted es un Líder en esencia. Adopte esa especial “naturaleza del agua” de adaptarse a todas las formas por donde transita y ábrase paso ante las dificultades.
Tenga presente que un barco sin timón se estrellará – con toda seguridad – contra las rocas. Es preciso que para alcanzar cada puerto, para lograr sus metas, usted sepa adónde desea dirigirse. 
Establezca metas. Confeccione su mapa personal que le guíe a destino; sepa puntualmente cuales son las rutas más directas, para que la navegación por la vida no le lleve a ahogarse en un vaso con agua. Súbase a bordo, responsabilícese por su barco y conquiste los océanos de la vida. Son profundos, como su alma, que siempre está despierta a la consciencia.
Bendiciones. Carpe diem (aprovecha el día).

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