domingo, 2 de febrero de 2014

Confíale tu vida a Jesucristo

“Oh Señor, te entrego mi vida. ¡Confío en ti, mi Dios!”
Salmos 25:1-2 Nueva Traducción Viviente
Recuerdo que en los inicios de mi vida cristiana, cuando le entregué mi vida a Jesucristo, que me era muy sencillo confiar en Él. Después de haber desperdiciado la vida que DIOS me había dado, Jesús, quien me salvó, estaba dispuesto a darme dirección. Creer en Él me fue muy sencillo después de ver cómo restauró en todas las áreas de mi vida. Y cada vez que obedecía sus mandamientos me sentía lleno de la vida en el Espíritu. No obstante con el paso del tiempo, cuando ya había comenzado a crecer en conocimiento y obtuve grandes victorias, cada vez me fue más difícil entregarle a Jesús el control de la vida que me dio. 
Poco a poco, me pareció que las esperas para recibir las bendiciones que anhelaba eran cada vez más largas, lo cual llenaba de dudas mi corazón. La vida se me hizo pesada, sin sentido, dejé de disfrutarle. Desarrollé resistencia en mi corazón hacia lo sobrenatural de DIOS. Pero el SEÑOR, en su misericordia, en ese momento hizo un paréntesis en mi vida. Tuve tiempo a solas con Él en el que me edificó. Durante ese tiempo me llevó a tener nuevamente las primeras actitudes: Confiar, creer y obedecer sin importar lo que pasase a mi alrededor. Al poco tiempo lo entendí. En la vida de la fe se debe mantener el mismo corazón que al principio y realizar siempre las primeras buenas obras, porque Jesucristo no cambia. Su voluntad siempre será buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2), y sus pensamientos son de bien y no de mal para los suyos (Jeremías 29:11). Uno puede confiar de todo corazón en Él y en los caminos por los que nos lleva, pues en ellos está la honra de su nombre y la bendición del creyente (Salmos 23).
Si últimamente te es difícil encontrar reposo en la vida que te ha regalado Jesucristo, debes volver a las primeras obras. ¿Por qué no habrías de confiar de todo corazón en Aquél que entregó su vida por ti? ¿Por qué no creer en el único que tiene todo el poder, amor y disposición de bendecir a los suyos? ¿Por qué no obedecer al único que sólo tiene bondad para sus hijos?
En ocasiones se acumula dolor y frustración en los corazones de los creyentes cuando no obtienen lo que esperaban, y esto puede causar distanciamiento con DIOS. Y al ocurrir esto, se produce resistencia en sus corazones para confiar en Él y obedecerle. Pero sólo volviendo al principio se recuperará la alegría de vivir.
Si éste eres tú, permite que el SEÑOR limpie tu corazón para que puedas volver a confiar en Él de todo corazón.

Recuerda quién ha sido Jesucristo en tu vida y realiza las primeras obras, así tendrás una vida alegre y plena.


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