¿Has escuchado la frase “El modo de comenzar es dejar de hablar y empezar a actuar”?; es una célebre frase de Walt Disney. Parece un consejo sencillo pero no lo es, porque la mayoría de las veces que soñamos con alcanzar una meta, o lograr un cambio en nuestras vidas, empezamos con mucha fuerza, pero si no vemos resultados inmediatos abandonamos la tarea. Dios quiere lo mejor para nosotros, ¿lo creemos así?
Ahora bien, como plan de acción del primer paso para alcanzar nuestras metas, después de encomendarnos a Dios, es la determinación. La palabra de Dios dice “Determinarás una cosa y te será firme. Y sobre tus caminos resplandecerá luz” (Job.22:28). Podemos empezar entonces por objetivarnos con determinación, eliminar las excusas o justificaciones, e iniciar la carrera.
En segundo lugar, al trazarnos una meta debemos eliminar las palabras y pensamientos negativos que nos frenan. Pueden ser palabras o pensamientos de personas cercanas, o de nosotros mismos, incluso pueden venir de la cultura que nos rodea. Si nos criamos en un barrio de bajos recursos, tenemos el “apellido” equivocado o no tenemos la “pinta” correcta, es posible que los demás no esperen que logremos las metas. Pero la palabra de Dios nos dice que Él no hace acepción de personas y que a todos ha dado dones y talentos, por lo tanto, de inicio eres ya más que un vencedor.
Por último la fe, la pasión y perseverancia te llevarán a perseverar en tu objetivo, cuando otros se han quedado a medio camino. La palabra de Dios nos dice que por “la fe y la paciencia” heredaron los grandes hombres de Dios las promesas. No sólo creyeron sino que permanecieron creyendo, muchas veces en esperanza contra desesperanza. A veces, temporadas largas pasarán antes de que veas cumplirse las metas que te has trazado en Dios, pero perseverar en la creencia de que aquel que prometió te cumplirá, te ayudará a vencer las dudas y desesperación. La fe, la pasión y perseverancia son básicas para terminar la carrera que iniciaste con determinación.
Al final no existe una formula mágica para alcanzar tus metas, pero sí existen claves que te ayudarán a contribuir con tu parte natural; mientras, Dios se encarga de sorprenderte haciendo la parte sobrenatural.
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