jueves, 30 de enero de 2014

Lo que Él dice

 “Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere”.
Juan 2:5
María dijo: “haced todo lo que Él os dijere”. Hay que hacerlo todo. La palabra de Dios nos muestra de qué manera poderosa intervino el Señor. Cuando Él dice una palabra, hay alguien que va a obedecer a esa palabra y hay un resultado milagroso sobrenatural que va a ocurrir. 
Toda Palabra que venga a su vida, tómela, abrácela y diga: Dios me ha dado la posibilidad de obedecer a esta Palabra y de manejarla exitosamente en mi vida, la voy administrar bien.
La palabra de Dios viene para funcionar. El milagro que sucedió en esa oportunidad fue el primer milagro público de Jesús. Ocurrió el día en el que los servidores llenaron las vasijas vacías con agua y se quedaron a la espera, porque eso es lo que les dijo el Señor. Parecía algo fuera de lo razonable, sin embargo lo que el Señor Jesús les dijo ellos lo hicieron y sucedió un milagro sobrenatural. Las tinajas de agua se transformaron en vino; sobrenatural, divino, milagroso. Pero para que eso sucediera alguien tuvo que decir la palabra, alguien obedeció a esa palabra y después de eso vino el cumplimiento.
Al poner algo en las manos de Dios, hay una oportunidad divina de que venga a intervenir lo sobrenatural de Dios y eso que estaba en sus manos que parece no tener mucho valor, algo pequeño o sin importancia, se va a transformar en algo que tiene mucha importancia. Porque eso, el agua, se transformó en un vino que era mucho mejor que el que ya se había acabado. Y alcanzó para que todos pudiesen consumir nuevamente. 
Este primer milagro de Jesús nos muestra los principios que activa. Está la palabra del Señor y está alguien que la obedece. La obediencia es la clave de un administrador sabio, responsable, productivo y generador de bendiciones que va a disfrutar de resultados extraordinarios. 
Pero recuerde que usted tiene que oír la voz de Dios, escuchar lo que Él dice y obedecerlo. Porque lo que Él dice es su Palabra y tiene que ser su prioridad. Esto quiere decir, que ante cualquiera usted tiene que poner en primer lugar la voz de Dios, lo que Él dice. Si Dios dice que usted está sano, los informes médicos que dicen que le queda poco tiempo tienen que quedar en segundo plano. Si Dios lo dijo así será. Usted vivirá y verá su cuerpo sano y libre de toda enfermedad. La clave es creer a la Palabra de Dios porque es la autoridad máxima para los hijos de Dios. Es como la Constitución o leyes de un país. ¿Se da cuenta?
Entonces aliméntese cada día de la Palabra, llene su mente, sus pensamientos, su boca y sus oídos de ella, y principalmente guárdela en su corazón porque de Él mana la vida y la Palabra de Dios es la que trae vida. Si usted suelta esas Palabras que guardó en su interior sobre la vida de alguien, verá que le afectarán sobremanera. Usted tiene que hablar paz, amor, fe, ayuda. Y recuerde que lo que Dios dice es lo que usted tiene que creer y soltar de su boca. Verá milagros sobrenaturales venir a su vida natural.
Padre, hoy me alineo a tu palabra y la creo. La haré mi prioridad, mi máxima autoridad, no temeré a los informes negativos y esperaré confiado en que dará fruto al ciento por uno. Veré grandes milagros. En el nombre de Jesús, amén.

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