sábado, 18 de enero de 2014

Líderes de Dios

“no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.”
Efesios 6:6-8
Los que alcanzan lo máximo son aquellos que hacen siempre las cosas como para el Señor: sirven como para el Señor, evangelizan como para el Señor, trabajan como para el Señor.
El tema principal es hacer de corazón. Hacer las cosas por amor a Dios y no para la vista de los hombres. La condición del corazón es primordial para el Señor. Y los líderes de Dios son aquellos que se ocupan de ella. ¿Cómo? Renovando su mente con los principios de la Palabra, aplicándolos con fe en la vida cotidiana, andando en amor, alimentando la fe y caminando en sujeción a la autoridad.
Todos pueden poner caras de buenos, pero tarde o temprano los frutos se ven. El buen árbol da buenos frutos y el mal árbol, malos frutos. Todo depende de lo que sale del corazón.
Desafíese a crecer, desafíese a hacer cambios en su vida con la palabra de Dios. Es indispensable tener un corazón dispuesto a aprender para dejarse ayudar y corregir.
Todos tenemos potencial de liderazgo para desarrollar y alcanzar a otros, pero depende de nosotros la disposición adecuada para desarrollarlo. Y la recompensa viene de Dios, sea pastor, servidor, o que recientemente haya entrado en la iglesia. Si usted hace las cosas por amor a Dios, sin quejas, en humildad, y moviéndose en amor hacia sus hermanos sin hacer primar sus intereses personales, recibirá la promoción de Dios.
Dios tiene planes de bendición con todos aquellos que están conectados al pacto.
Padre, entiendo que ser líder es ser un servidor tuyo y hacer las cosas por amor a Ti y a mis hermanos. No me quejaré ni buscaré promocionarme yo mismo a otro nivel, porque sé que la promoción y la exaltación ante los hombres viene de Ti. Pongo mi corazón en las cosas de tu reino y sé que todo lo demás viene por añadidura. Gracias. En el nombre de Jesús. Amén.

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