“Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.”
Isaías 48:17
Isaías 48:17
El hecho de que vaya a tener mucho dinero, no quiere decir que no se le vaya a escapar de entre los dedos. Si usted no tiene la sabiduría proveniente de la Palabra y no administra correctamente lo que tiene, se le va a escapar aunque tenga un millón de dólares. Por eso debe tener presente los beneficios que tiene como hijo de Dios.
Usted es un diezmador, y un diezmador siempre sabe administrar. Deje a un lado, de momento, verse como un religioso y legalista, véase como una persona libre al que no le dominan las finanzas. Usted sabe cómo se administra lo financiero en su vida, qué es lo que va primero, lo de Dios, y Él le enseña que todo el que le coloque primero será bendecido en el resto de las casos.
Su fuente es Dios. Leemos todos los éxitos y progresos que tuvo Ezequías, y vemos que “Dios le prosperó”. Leemos que cuando Nehemías hablaba de progreso y prosperidad decía: “el Dios de los cielos nos prosperará”. Los evangelios mencionan 176 casos puntuales en los que Dios es el proveedor de la prosperidad. Y también lo menciona Jesús como que Él es el proveedor y la fuente de bendición.
En el Padre Nuestro se puede ver que hay nueve principios fuertes y poderosos que hacen de la vida algo extraordinario. Algunos sólo lo usan para ver si al repetirlo tantas veces Dios les perdona sus pecados. En él se dice: el pan de cada día dánoslo hoy. Está diciendo que Él es la fuente hoy. Claro está que usted debe esforzarse y buscar todo lo que pueda hacer para obtener el progreso en su vida, pero todo depende de la dirección de Dios, y desde luego que va a tener su bendición. Él dice: “yo bendeciré tu pan y tu agua”. Él va a bendecir toda área material y financiera de su vida porque es el proveedor. Tiene que mirarle a Él como la fuente de provisión.
Sólo Dios puede hacer una provisión sobrenatural externa, en su mano, pero también ha hecho todo para que la reciba interiormente; para que reciba luz, conocimiento, revelación divina,... y para que sea una persona exitosa y próspera. Le redimió de la maldición de la miseria, de la pobreza, de la escasez, nada le faltará porque Él es su pastor. Le enseña a través de los maestros, de los ministerios, pero es el Espíritu Santo quien se lo revela para enseñarle provechosamente. Porque provechosamente es una palabra importante, ¿le da provecho?, ¿o sigue igual? Si le está enseñando Dios, es provechosamente; mañana su prosperidad va a ser mayor que la de hoy, su sabiduría cada vez va a estar más arriba.
Todo lo que Dios le enseña le desafía a hacer cosas que antes no hacía y a recibir cosas que antes no recibía. Si Dios le enseña, le enseña provechosamente. Aunque ahora no esté recibiendo nada, aunque esté prestando oído a otra cosa, o esté haciendo otra cosa que, en lugar de ser provechosa, le trae problemas, sepa que Él es la fuente de toda provisión. Lo que le enseña es para que cada vez sea un mejor administrador, más sabio, para que tenga resultados grandes, y para que esa sabiduría en la administración la trasfiera a su herencia. Entonces sus hijos van a estar mejor que usted. No puede ser de otra manera.
Recuerde que como hijo de Dios, tiene a Dios como su fuente, recibe de Él enseñanza y guía para caminar sobre esta tierra. Entonces, en todo lo que haga va a tener sabiduría y bendición y todo le saldrá bien. Tendrá ganancia y no pérdida porque irá de gloria en gloria. Eso dice su Palabra. Créalo y lo verá hecho.
Padre, a partir de hoy comenzaré a ver manifestado todo aquello que preparaste para mí. Buscaré tu sabiduría porque Tú eres mi fuente. Todo proviene de ti. Gracias, porque sé que sólo veré buenas cosas en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
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