Lo mismo pasa con el amor y la fidelidad de Dios, que nunca dejan de ser, nunca se detienen. El Salmo 89:6-8 dice: Pues, ¿quién se compara con el Señor en todo el cielo? ¿Qué ángel poderosísimo se asemeja en algo al Señor? Los poderes angélicos más altos quedan en reverencia ante Dios con temor; él es mucho más imponente que todos los que rodean su trono. ¡Oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales! ¿Dónde hay alguien tan poderoso como tú, Señor? Eres completamente fiel.
Puede que este año pasado hayas cometido errores, pecados que te llevaron a ser infiel a Dios, a tu familia o a alguien más y estás permaneciendo lejos de Él porque te sientes inmerecedor de su amor. El Salmo 89, es tan claro acerca de la fidelidad de nuestro Señor, que debe llevarnos a recapacitar y a volver a Él. Y si por alguna razón no estuviéramos convencidos de eso, hay otra gran verdad: “Si somos infieles, él permanece fiel, pues él no puede negar quien es”. 2 Timoteo 2:13 (NTV).
Debes saber que lo que Dios siente por ti no está basado en lo que hagas o dejes de hacer, sino en el sacrificio de Jesús, su hijo, nuestro Salvador. El ya pagó el precio de tu pecado, y ahora tú debes acercarte a Él nuevamente y pedirle perdón; en el momento que lo hagas, recibirás su amor y su fidelidad te restaurará.
¡No permitas que pase un día sin haber recibido lo que Dios tiene para ti!
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