domingo, 26 de enero de 2014

Cada día, tu nueva oportunidad

“Este es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él.”
Salmo 118:24 (Nueva Versión Internacional)
Las bendiciones de DIOS vienen en "paquetes" y deben vivirse con ese entendimiento, pues el pasado ya no debe existir y está perdonado. Y el futuro está en manos de un DIOS amoroso. Nuestro afán por los asuntos del pasado y del futuro nos roba las energías y alegrías del “Hoy”, pero el SEÑOR provee soluciones a situaciones de los suyos de manera diaria. Por lo tanto, no vale la pena que nos afanemos en demasía, porque no conoceremos anticipadamente la perfecta solución de parte de DIOS.

Cada nuevo día es un regalo de DIOS que debe recibirse con alegría y vivirse con expectativas. No obstante, algunos permiten que sus días se conviertan en una carga o monotonía. Cuando una persona fija toda su atención del día en lo que no tiene, se pierde el regalo que DIOS le está dando en ese momento, pierde lo que “sí” tiene. Y todo lo que “sí” tiene son bendiciones por haber tenido fe, por orar y esforzarse.
Las Escrituras nos enseñan que cada uno de nuestros días estaban escritos desde el principio en el libro de DIOS, y que Él tiene pensamientos preciosos para los suyos. Entonces debemos “relajarnos” y disfrutar de Él y los días que nos regala.

“Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara. Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios. ¡No se pueden enumerar!” Salmos 139:16-17 (Nueva Traducción Viviente).
Cada día nos ofrece la oportunidad de crecer en comunión con DIOS y conocerle mejor. Y cuando uno comienza a ver los problemas no como tales, sino como oportunidades para que el SEÑOR manifieste su poder, crea expectativas de lo que Él hará.

Si tú invitas a DIOS a cada uno de tus días, cada momento te será glorioso. Intenta alabarle al vivir lo mejor que puedas cada uno de tus días y te mantendrás alegre.

Escoge mirar lo que sí tienes comenzando por tu mayor tesoro, DIOS, y así todos tus días serán un gran regalo.


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