La Práctica de la Presencia de Dios-10ª
Carta escrita por Nicolás Herman, Hermano Lorenzo a Fray José de Beaufort,
representante del arzobispado local, hace más de 300 años.
Me ha
sido bastante difícil escribir a M.--. y lo hago ahora cierta y puramente, porque tú y Madame lo quieren de mí. Por favor, escribe la dirección y envíale
la carta.
Estoy muy
contento con la confianza que tienes en Dios: Quisiera que Él la aumente en ti
más y más: jamás sería demasiado lo que podríamos tener de tan buen y fiel
Amigo que nunca nos fallará en este mundo ni en el venidero.
Si M.--
saca provecho de la pérdida que ha tenido, y pone toda su confianza en Dios,
pronto Él le dará otro amigo, más poderoso y más inclinado a servirle. Dios
dispone de los corazones como Él quiere. Quizás M.-- estaba demasiado aferrada
a lo que ha perdido, y debemos amar a nuestros amigos, sí, pero sin ponerlos por
encima de Dios, que debe ser el principal.
Por
favor, recuerda que te he recomendado pensar frecuentemente en Dios, de día, de
noche, en tus trabajos, y aún en tus diversiones. Él siempre está cerca de ti y
contigo; no le dejes solo. ¿Piensas que es descortés dejar solo a un amigo que
vino a visitarte? ¿Por qué, entonces, Dios ha de ser descuidado? No lo olvides,
piensa en Él frecuentemente, adórale continuamente, vive y muere con Él. Ésta
es la gloriosa ocupación de un cristiano. Ésta es nuestra profesión en el
mundo. Si no lo sabemos debemos aprenderlo. Voy a esforzarme para ayudarte con
mis oraciones. Soy tuyo en nuestro Señor.
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