A una dama la sentaron en el avión al lado de
un hombre de raza negra.
La mujer pidió a la azafata que le cambiara de
sitio, porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable.
La azafata argumentó que el vuelo estaba muy
lleno, pero que iría a revisar a primera clase para ver si podía encontrar
algún lugar libre.
Todos los demás pasajeros observaron la escena
con disgusto. No sólo por el hecho en sí, sino por la posibilidad de que
hubiera un sitio para la mujer en primera clase.
El pobre hombre quedó incómodo y cohibido por
la reacción de su compañera de fila, pero tuvo la educación de no hacer un escándalo.
Minutos más tarde regresó la azafata y le
informó a la señora:
- Discúlpeme señora, todo el vuelo está
lleno... Afortunadamente, encontré un lugar vacío en primera clase. Me
demoré unos instantes porque, para poder hacer este tipo de cambios, le tuve
que pedir autorización al capitán. Él me indicó que no se podía
obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable y
que me autorizaba el cambio.
Los pasajeros no podían creer lo que
escuchaban, pero ya la señora con cara de triunfo, empezó a levantarse de su
asiento.
En ese momento, la azafata se
voltea y le dice al hombre de raza negra:
- Señor, ¿sería usted tan amable de
acompañarme a su nuevo asiento en la primera clase? El capitán, en nombre de la
Compañía, le ofrece sus disculpas personales, por el hecho de que haya tenido
que soportar a una persona tan desagradable a su lado.
Todos los pasajeros del avión se pararon y
ovacionaron la acción de la tripulación.
Ese año, la azafata y el capitán fueron premiados,
y gracias a esa actitud, la empresa se dio cuenta de que no le había dado
demasiada importancia a la capacitación de su personal, en el área de atención
al cliente.
La empresa hizo cambios de inmediato.
Desde ese momento en todas las oficinas de esa
línea aérea y a la vista del personal, se lee el siguiente mensaje:
“Las personas pueden olvidar lo que les
dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste, pero las personas
nunca olvidarán cómo las hiciste sentir”.
“Asi que todas las cosas que
queráis que los hombres hagan con vosotros, asi también haced vosotros con
ellos; porque esto es la ley y los profetas”
-- Mateo 7:12
-- Mateo 7:12
“Señor Jesús, te pido que entres en mi corazón, perdona todos mis
pecados y dame la Vida eterna. Lléname de tu amor y ayúdame a pensar más en
otros como Tú
lo hiciste siempre. Amén.”
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