sábado, 30 de noviembre de 2013

¿Por qué no recibes a Jesús, el Hijo de Dios, y le haces Señor de tu vida hoy? - Devocional

Jesus-Cruz-salvacionPARA QUE TODO AQUEL QUE EN ÉL CREE NO SE PIERDA, SINO QUE TENGA VIDA ETERNA” (Juan 3:16b)

¿Cuándo llega la salvación? Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador personal. Sencillo, ¿verdad? ¡Cristo el Salvador, y el hombre el creyente!

¿Pero significa esto que nuestra vieja naturaleza no volverá nunca a levantar su fea cabeza, o que desde ya mismo, al instante, seremos capaces de resistir cualquier tentación? No, en absoluto; compara tu nuevo nacimiento con un bebé recién nacido. ¿Puede caminar? ¿Puede alimentarse? Aún no, pero algún día lo hará.
¿Se avergüenza su mamá de él en la sala de partos? ¿Se avergüenza de que no sepa hablar, o que no dé un discurso? ¡Claro que no! Está orgullosa de él. Sabe que el crecimiento llegará con el tiempo; y lo mismo ocurre con Dios. Escuche: “El Señor… es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca…” (2 Pedro 3:9). Dios es más paciente con nosotros de lo que nosotros lo somos con nosotros mismos. Nosotros asumimos que si caemos, es que no hemos nacido de nuevo o que si tenemos los viejos deseos, es que no debemos de ser una nueva creación.

Pero Pablo escribió: “…el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará…” (Filipenses 1:6). Tu nuevo nacimiento es como el primero: Dios te da lo que necesitas y otra persona hace el trabajo,... tú. Al igual que los padres son pacientes con su bebé recién nacido, así también Dios es paciente contigo. Pero hay una diferencia: la primera vez no tuviste opción en cuanto a nacer, pero esta vez sí. En la cruz, la obra fue de Dios. ¡Ahora la elección es tuya! 
¿Por qué no recibes a Jesús, su Hijo, y le haces Señor de tu vida hoy? Si lo haces, ¡nunca lo lamentarás!

¡Bendiciones!

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