sábado, 30 de noviembre de 2013

Mecánico del alma – Meditación

Una vez iba un hombre en su coche por una larga y muy solitaria carretera, cuando de pronto su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, y trató de averiguar qué era lo que tenía.
Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su coche, pues hacía muchos años que lo conducía; sin embargo, después de mucho rato se dio cuenta de que no encontraba el fallo del motor.
En ese momento apareció otro coche, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda. El dueño del primer auto dijo:
--Mire, este es mi coche de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que usted sin ser el dueño, pueda o sepa hacer algo.
El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:
  --Está bien, haga el intento, pero no creo que pueda, pues éste es mi coche.
El segundo hombre se puso manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar.
El primer hombre quedó atónito y preguntó:
  -- ¿Cómo pudo arreglar el fallo si es mi coche?
El segundo hombre contestó:
-- Verá, mi nombre es Félix Wankel... Yo inventé el motor rotativo que usa su coche.
Cuántas veces decimos: Esta es MI vida; Este es MI destino; Esta es MI casa... ¡Déjenme a mí, sólo yo puedo resolver el problema! Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar, pues "Esta es MI vida".
Pero... Te voy a hacer unas preguntas:
-¿Quién hizo la vida?
-¿Quién hizo el tiempo?
-¿Quién creó la familia?
Sólo aquel que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida.
Te doy sus datos por si alguna vez necesitas un buen "mecánico
":
Nombre del mecánico del alma: DIOS
Dirección: El Cielo
Horario: 24 horas al día, 365 días al año por toda la eternidad.
Garantía: Por todos los siglos
Respaldo: Eterno
Teléfono: No tiene. Pero basta con que pienses en Él con fe, además de que esta línea no está nunca ocupada.
¡Que Dios Te Bendiga!

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33.3

Fdo.: M.G.L.

 

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