lunes, 4 de noviembre de 2013

Cancelando la deuda - Devocional

Cuando cometemos algún error, tendemos a justificarnos diciendo:  “La culpa no es mía”, actitud muy común hoy en día. Sucede así porque hay personas que no están dispuestas a asumir sus propias culpas, sino que buscan que otro pueda cargar con ellas.
El Padre Nuestro menciona los compromisos que Dios tiene para con nosotros, pero paradójica y ciertamente sólo hay uno que nosotros debemos cumplir: “perdonar a los deudores“ Mateo  6:12
Esta alusión a la deuda describe cómo es el pecado. Una persona que ha sido lastimada, habitualmente siente que la persona responsable le debe una disculpa o resarcimiento. Pero al mostrar misericordia a alguien, aunque nos haya lastimado, ponemos un sello de “cancelado totalmente” en su deuda. Ya no se requiere ninguna compensación o retribución.
deuda
También es cierto, que a veces nuestras heridas son tan profundas que el perdón no viene fácilmente. Sin embargo, recordemos que Jesús lleva las heridas de los pecados de toda la humanidad y que su Espíritu Santo nos ayuda para que podamos perdonar. Aunque es posible que tu deudor no hiciera nada para merecer misericordia, decídete a dársela de todos modos, como Jesús la tuvo con todos nosotros.
Cuando Dios perdona, nunca más se acuerda de nuestros pecados “Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados. “Jeremías 31:34. Esto no significa que estos nunca ocurrieran, sino que el Señor se niega a utilizarlos como una razón para castigarnos.
Sigamos ahora su ejemplo, dejemos de vivir como víctimas y mostremos misericordia al igual que nuestro Padre. Seamos valientes para reconocer nuestras faltas y también para perdonar. “Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.” Mateo 6:15.
¡Sea grande o sea pequeña, cancelemos la deuda! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario