miércoles, 4 de septiembre de 2013

¡Más Excelente! - Crecimiento personal-espiritual - Vídeos

Pero ahora a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, se le ha dado un ministerio que es muy superior al sacerdocio antiguo porque él es mediador a nuestro favor de un mejor pacto con Dios basado en promesas mejores.”
Hebreos 8.6
Si una palabra sobresale aquí es “mejores” y en un lenguaje habitual sería traducida específicamente como “más excelente.”
Comencemos por decir que con Jesús todo es “más excelente.” Puede que disfrutes las cosas sin Él, puede que sientas que las cosas son excelentes sin Él, pero con Él las cosas siempre serán... aún más excelentes.
Hay tres cosas que este versículo dice que son “más excelentes” a través, de, o por Jesús: 
La primera es que el trabajo de Jesús, por sus oraciones y sacrificios para con nosotros, son mucho mejores que la vieja manera de hacer las cosas.
En el pasado y en otras religiones, cosas como sacrificios y confesiones necesitaban ser hechas periódicamente para poder recibir salvación. ¡Pero Jesús hizo ese sacrificio una vez por todas!
La segunda cosa que es “más excelente” es el pacto de ser Él mediador con Dios. Este pacto es un vínculo de amistad entre Dios y nosotros, con Jesús en el medio. Es irrompible porque Jesús lo sostiene.
La tercera cosa que es “más excelente” son las promesas. Estas promesas son divinas por naturaleza, vienen de Dios, y son promesas de bendición y el beneficio de la salvación. No estamos hablando de un evangelio de prosperidad, en el sentido de que te harás rico porque Dios te lo dijo; estamos hablando de los beneficios que cambian nuestras vidas porque tenemos salvación, relación y amistad con Dios. Si no hubiese beneficios en la salvación, ¿por qué es tan importante?, entonces, por supuesto que hay beneficios; beneficios más que excelentes.
Es fácil pensar que no necesitamos a Dios en nuestra vida, especialmente cuando sentimos que las cosas van bien o excelentemente sin Él. Es como si pensáramos que no necesitamos a Dios en las áreas que están bien. Le tratamos a Él como un conservador-protector de vida y sólo le buscamos cuando nos estamos ahogando. 
Puede que creas tener un sistema de hacer las cosas sin Dios y te concuerda bien. Sin embargo, seguro que todo es más excelente cuando Él es parte del sistema.


¿En qué áreas de tu vida dejas a Dios a un lado, porque sientes que las cosas están muy bien por sí mismas o porque estás obteniendo excelentes resultados? ¿Será tu vida amorosa, el trabajo, los hábitos alimenticios, las finanzas, etc.? Puede que parezcan excelentes, pero si incluyes a Jesús en ellas, siempre serán... aún más excelentes.



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