Isaías describe después la apariencia de Cristo tal como se vería cuando fuera azotado antes de Su crucifixión. “De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo mío, así fue desfigurada su apariencia más que la de cualquier hombre, y su aspecto más que el de los hijos de los hombres.” (Isaías 52:14). Estas palabras describen la inhumana crueldad que Él sufrió, hasta el punto en que ya no parecía un ser humano (Mateo 26:67; 27:30; Juan 19:3). Su apariencia era tan terrible, que la gente le veía asombrada.
La mayoría de las imágenes que tenemos de Jesús hoy, probablemente no sean fieles. Jesús era un judío, así que es probable que Él tuviera la piel morena, los ojos oscuros y el cabello negro. Esto está muy lejos de la representación del pelo rubio, los ojos azules y la piel blanca de muchas imágenes modernas. Una cosa es segura: si fuera importante para nosotros saber realmente cómo era, Mateo, Pedro y Juan, quienes pasaron tres años con Él, ciertamente podrían darnos una descripción precisa, así como lo harían Sus hermanos, Jacobo y Judas. Sin embargo, estos escritores del Nuevo Testamento no ofrecen detalles acerca de Sus atributos físicos.
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