viernes, 23 de agosto de 2013

Alumbra - Reflexiones - El amor es algo más… - Vídeo

Alumbra
Hace cientos de años, un hombre en una ciudad de Oriente, caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en noches sin luna como aquella. 
En un momento determinado se encontró con un amigo. Éste le miró y le reconoció. Se dio cuenta de que era Guno, el ciego del pueblo, y entonces le dijo: 
-¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…
Entonces, el ciego le respondió: 
-Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí. No sólo es importante la luz porque me sirve a mí, sino también porque le sirve a otros, para que puedan también servirse de ella. ¿No sabes que alumbrando a otros, también me beneficio yo, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad?
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil, muchas veces en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? Pues a través del desaliento, de la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el resentimiento… ¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no! Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.
Luz, demos luz. Tenemos en Jesús el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer. Y está en nosotros saber usarla, está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en tinieblas.
Lucas 8:16
Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.
Juan 1:5
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan 8:12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

El amor es algo más…
Una maestra de pueblo trataba de explicar a los niñitos de su clase lo que es el amor; pero no sabía cómo, y para saber lo que creían sus pequeños alumnos, les preguntó qué opinaban de ello.
Entonces una niñita de seis años de edad se levantó de la silla y fue hasta la maestra, le abrazó, le besó y le declaró: "Esto es amor.”
La maestra dijo: “Está bien; pero el amor es algo más. ¿Qué es ese algo?”
La misma niña, después de un rato de estar pensando, se levantó y comenzó a poner en orden las sillitas que estaban fuera del lugar que les correspondía, limpió bien el pizarrón, levantó unos papeles que estaban en el suelo, colocó los libros que estaban en desorden sobre una mesa, y seguidamente y con aire de satisfacción, dijo a su maestra: “Amor es ayudar a otros”... La niñita tenía razón. 
Amor es sólo una palabra. El genuino y verdadero amor se demuestra con hechos, con acciones y gestos. Jesús demostró su amor por nosotros dando su vida en el Calvario.
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas.
El que ama a su hermano, permanece en la luz y no hay causa de tropiezo en él.
Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
1 Juan 2:9-10-11

 

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