viernes, 5 de julio de 2013

El poder del Evangelio - Devocional - Vídeo

evangelio

ROMANOS 1: 16, 17 

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Sabemos que en este mundo hay muchas clases de poderes: religioso, económico, político, social, militar y “satánico”, entre otros. Sin embargo, por encima de todos estos poderes está EL PODEROSO EVANGELIO DE JESUCRISTO. Veámoslo.
1.     LA POSICIÓN DE SAULO DE TARSO CON RESPECTO AL EVANGELIO ANTES DE SU CONVERSIÓN
  • Participó  en  la  muerte de muchos cristianos incluyendo la de Esteban (Hechos 7: 58; 8: 1; 22: 20; 26: 10)
  • Arrestaba a hombres y mujeres y los enviaba a la cárcel ( Hechos  8: 3)
  • Asolaba y perseguía a la iglesia hasta la muerte (Hechos 8: 3; 9: 1-5, 13; 22: 4, 5; 26: 9-11;1 Corintios 15: 9; Galatas 1: 13)
  • Encarceló a muchos creyentes (Hechos  8: 3; 9: 14; 22: 4, 5, 19; 26: 10).
  • En realidad Saulo no perseguía a la iglesia, sino al mismo Señor Jesucristo (Hechos 9: 4, 5)
  • Hizo mucho mal a los creyentes de Jerusalén ( Hechos 9: 13 )
  • Azotaba a los santos del Señor y les amenazaba de muerte (Hechos 22: 19)
  • Hizo muchas cosas contra el Nombre del Señor (Hechos 26: 9)
  • Castigó a los cristianos en las sinagogas, les obligaba a negar la Fe y se enfurecía sobre manera contra ellos (Hechos 26: 11)
Esta actitud de Saulo de Tarso significaba que el evangelio era insignificante para él, anormal, que no valía la pena y que se debía acabar (antes de su conversión). Sin embargo, camino a Damasco en su intento de seguir persiguiendo a la iglesia, tuvo un encuentro con Jesús, hijo de Dios; a partir de allí las cosas cambiaron, tanto para Saulo como para la iglesia (Hechos 9: 1-22)
2.     LA POSICIÓN DE SAULO (PABLO) CON RESPECTO AL EVANGELIO DESPUÉS DE SU CONVERSIÓN:  El Evangelio es Poder de Dios (Romanos 1: 16)
  • El apóstol Pablo experimentó en su vida el poder del evangelio. El mismo Pablo se dio cuenta y experimentó en su propia vida el verdadero significado del evangelio: ¡PODER DE DIOS!
  • No sólo su vida fue cambiada, transformada, regenerada; también su manera de pensar respecto al evangelio fue cambiado: ¡PODER DE DIOS!
3.     RAZONES POR LAS CUALES EL EVANGELIO ES PODER DE DIOS.
  • Para sanar (Mateo 8: 8; Marcos 1: 34; Lucas 10: 9)
  • Para liberar (Juan 8: 32, 36)
  • Para salvación (Romanos 1: 16)
  • Para justificación (Romanos 1: 17)
  • Para transformar (2 Corintios 5:17)
Si el Evangelio es poder de Dios para salvar, Justificar, Transformar, Sanar, Liberar, ¿vale la pena perseguirlo, predicar, ingresar al evangelio? ¡Sí, vale la pena!
4.     EL PODER DEL EVANGELIO ESTÁ POR ENCIMA DE CUALQUIER OTRO PODER.
  • No hay poder alguno que se pueda comparar al poder del Evangelio: es inigualable e incomparable. Es un poder que no se puede comparar con nada en este mundo.
  • Por encima del poder económico, político, social, religioso, y “satánico” entre otros, está el poderoso Evangelio de Cristo (Romanos 1: 16).
5.     RAZÓN POR LA CUAL NO DEBEMOS AVERGONZARNOS DEL EVANGELIO. 
  • Porque es Poder de Dios (gramat. dunamis). Dunamis, una de las cuatro palabras griegas que designan un poder muy grande, energía, capacidad, gran fuerza, gran habilidad, fortaleza, poder divino que vence a toda resistencia (Romanos 1: 16). Las otras son: exousia (autoridad delegada), ischuros (fuerza grande, especialmente física), kratos (autoridad de dominio).
  • Saber que el evangelio es poder de Dios, es razón suficiente para no avergonzarnos ni apenarnos de lo que creemos, profesamos, predicamos, y seguimos: un evangelio poderoso.
CONCLUSIÓN: después de haber estudiado esta Palabra, concluimos que el Evangelio no es religión, ni filosofía, ni leyenda, historia, invento humano, ni “opio de los pueblos”, sino poder de Dios (gr. dunamis), poder del Cielo, poder de lo alto (Romanos 1: 16; 1 Corintios 1: 18; 2: 4; 4: 20; 1 Tesalonisenses 1: 5; 1 Timoteo 1: 11). 

¡AMEN QUE SÍ! ¡EL EVANGELIO ES PODER DE DIOS!

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