sábado, 11 de mayo de 2013

¡Súbete a la silla! - Reflexiones

“Lo que diferencia de verdad a las personas alegres u optimistas de las que están sumidas en la desdicha, es la forma de interpretar y procesar las circunstancias de la vida”.
¡SÚBETE A LA SILLA!
Hoy pensaba en la superación, ¿qué es realmente?
Hago memoria de algunos momentos de mi vida en los que me sentí diferente o especial: cuando no podía alcanzar algo, como el vestido del armario, cuando no podía encender la luz, abrir la ducha, tocar el timbre de casa, marcar un teléfono, etc… Todos podían hacerlo, excepto algunos niños pequeños y yo, una mujer en cuerpo de niña.
En mi mente siempre han existido pensamientos positivos y dentro de mí predomina un fuerte espíritu luchador que no cree en la limitación, con un corazón soñador. Y ante estas pequeñas dificultades, encontré una solución: LA SILLA. Era fácil tomar una, hacer una maroma y alcanzar aquello que quería o necesitaba…
¿Y los demás? Me aplaudirían, como si hubiese hecho una gran hazaña… ¿por qué?
Si no había en ello ninguna dificultad, ni mucho menos limitación… 
Estamos en un mundo construido por gente grande, es sólo eso… pero Dios a todo nos da la solución, aunque muchas veces estamos ciegos y no la vemos. Subirse a la silla, implica otro gran paso:
Pensarlo,
Decidirse,
Atreverse,
Hacerlo.
Pensarlo: hay que ser creativo, no decir simplemente no puedo y esperar a que otros nos realicen aquello… Debemos ser recurrentes, ver en ello una posibilidad de alcanzar lo que queremos.
Decidirse: Vemos la silla, sabemos que puede servirnos pero no nos decidimos, porque hay quienes nos dan otras opciones, como esperar, pedir el favor, renunciar… ¡Es necesario tomar la decisión!
Atreverse: ¿Por qué el qué dirán se convierte en una piedra en el zapato?... ¡Qué pena que me vean!, ¿que dirán de mí?, ¿se reirán?, ¿se compadecerán?… ¿qué pensarán? Ahí, los demás pueden ser obstáculos para ese gran paso que me ayudaría a hacer realidad lo que espero.
Hacerlo: de una vez, sin volverse atrás… tomar la silla, subirse a ella y luchar por lo que se quiere. Y continuar: podemos caernos, pero no detenernos. Al subirnos en la silla pueden surgir muchas cosas que pueden estancarnos, pero la vida sigue, y una meta alcanzada no es el final, es el inicio de otra y otra meta más…
Y surge una pregunta: ¿Cómo superar aquellas cosas que no se alcanzan subiéndose a una silla?
Haciendo referencia a la sociedad, a las miradas, a las risas, a los comentarios, a la falta de fe de algunos, a que nos midan por nuestro tamaño y mucho más, pensándolo bien, son cosas que no sólo los pequeños y especiales tenemos que afrontar, es algo con lo que vive toda la humanidad.
Esas cosas de la vida diaria se logran superar con el amor de la familia, sembrando sentimientos de fe, esperanza y paz… creyendo que al lado de Dios todo se puede lograr…
Y, ¿qué es la superación… ¿Acaso hacer una hazaña que el mundo cree que no puedo hacer? Superarse es lograr llegar mucho más allá, es aprender a no dejarse vencer por los obstáculos, es hacer realidad los sueños, es sentir que se alcanza lo que se ha propuesto no para que ser aplaudido, sino para sentirse realizado…
Superarse es saber caer y levantarse, es madurar, actuar por sí mismo, confiar en Aquél que nos creó y que nos hizo pequeños para grandes cosas. Todos los seres humanos tenemos limitaciones, en ello está nuestra humanidad. Todos tenemos cosas que no podemos hacer,… pero hay algo, nada es imposible para el que tiene fe.
Es el momento para que quienes nunca se han creído pequeños y hayan sentido que son los dueños del mundo, tan sólo porque nunca hayan necesitado subirse a una silla para alcanzar algo material, piensen en aquellas cosas que sienten que no han podido lograr porque han tenido miedo, porque han pensado en el qué dirán o porque no han creído en los sueños…
Súbanse a la silla de la superación, aquella que mantiene su equilibrio en la fe, para que no se voltee, para aprender a levantarse si van a caer. Superarse es ser capaz de subirse a la silla y alcanzar los sueños, saber continuar la vida luchando por llegar más lejos. Y cuando esté allí arriba y toque con mis manos el firmamento, sentiré que desde abajo se ve más la grandeza del cielo.
Y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella. Josué 3:3
Entonces marchó el resto de los nobles; El pueblo de Jehová marchó por él en contra de los poderosos. Jueces 5:13
Levantaos, subamos contra ellos; porque nosotros hemos explorado la región, y hemos visto que es muy buena; ¿y vosotros no haréis nada? No seáis perezosos en poneros en marcha para ir a tomar posesión de la tierra. Josué 18:9

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