martes, 28 de mayo de 2013

Dios te ama, ¡Síguelo intentando! - Devocional - Vídeo


Ocasionalmente sentimos que no somos dignos de Dios, sentimos que no somos dignos de su amor. Medimos nuestras acciones y llegamos a la conclusión de que somos muy malos y desagradecidos; es entonces, al juzgarnos a nosotros mismos, cuando nos entristecemos y pensamos que Dios no se merece a alguien como nosotros, que no estamos a la altura de ser sus hijos, o que simplemente Dios ya se cansó de nosotros y de nuestras continuas faltas.
¡Vaya!, tal parece que se te ha olvidado lo que significa el amor de Dios, parece que estás tratando con un dios humano y no con un Dios Sobrenatural. No puedes medir el amor que Dios te tiene en base a lo que hagas o dejes de hacer, el amor de Dios hacia tu vida no varía en base a tus conceptos, juicios o críticas, su amor va más allá de tu pensamiento humano, su amor es Sobrenatural, es decir: sobrepasa lo natural.
Dios quiere recordarte algo, que a pesar de que lo sabes, quizá en este momento de tristeza se te haya olvidado:

“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” 

Jeremías 31:3 (Reina-Valera 1960)
¿Comprendes lo que significa amor eterno? ¿Comprendes lo que significa: “te prolongué mi misericordia”?
¿Sabes por qué Dios te sigue amando?, porque Él, como Padre amoroso, sigue creyendo en ti, sabe que estás en proceso de transformación. A Dios nada se le escapa, Él conoce cada uno de tus fallos, así como también cada una de tus virtudes; Él te conoce tal y como eres, a Dios no le podemos engañar.
Es posible que la gente que nos rodea tenga muy buenos conceptos de nosotros, pero nosotros, que sabemos bien quiénes y cómo somos, nos sentimos mal al darnos cuenta de que no somos lo que desearíamos ser para Dios; sin embargo Dios, a pesar de conocernos tal y como somos, nos sigue amando y sigue creyendo en lo útiles que somos y seremos para su obra.
El amor de Dios hacia tu vida es inmenso y nunca se acaba. No te sientas triste por no ser lo que quisieras ser; al contrario, agradece al Señor por su misericordia prolongada y trata cada día de ser mejor para Dios.
Que el hecho de no sentirte digno de Dios no te haga desistir de este camino, sino que al contrario, te motive a buscar más de Él, a ser ese hijo o hija que Dios se merece.
Nunca creas que Dios se cansó de ti, porque Él nunca se cansa de nadie. En vez de cansarse de ti, siempre está dispuesto a extender su mano para levantarte, abrazarte y decirte: “Tú puedes, porque yo voy contigo”.
¡Vamos! ¡Levantémonos!, vivamos cada día agradecidos por su amor y comprometidos en buscar la santidad, no nos desanimemos al tropezar, en su lugar tomemos la mano extendida de Dios, recibamos su abrazo y escuchemos sus palabras que nos animan a no desmayar, a no quedarnos enterrados, sino a levantarnos e intentarlo cuantas veces sea posible, pues la garantía de nuestra victoria es y será su presencia a nuestro lado.

¡Dios te ama y nunca se cansará de ti!, Él es capaz de hacer todo y lo único que no puede hacer es dejarte de amar, por lo tanto, ¡Sigue intentándolo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario