La palabra de Dios cuenta la historia del rey Nabucodonosor, al que Dios engrandeció y le dio sabiduría para planear las estrategias, con el fin de poder conquistar todos los reinos que Dios quiso, Dios fue quien le prosperó y le dio todo; pero él se quiso llevar la gloria de Dios alabando lo que creía su grandeza, y Dios le echó a vivir con los animales, con las bestías del campo 7 años, hasta que reconoció que toda la honra y la gloria le pertenecen a Dios. Entonces, Dios le restauró en su trono.
Daniel 4: 28 Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. 29 Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, 30 Habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? 31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; 32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. 33 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves. 34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? 36 En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. 37Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.
Será coincidencia o casualidad; Satanás se quiso llevar la gloria de Dios y fue desterrado eternamente junto con sus aliados, la muerte y los espíritus inmundos; todas esas potestades de Maldad fueron encarceladas
2a Pedro 2:4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;
Nabucodonosor se enorgulleció, se exaltó y se alabó él mismo por su grandeza. Se olvidó de Dios y Dios le quitó todo cuanto le había dado y le envió a prisión de calamidad entre las bestias. Hoy hay muchos ricos que se alaban por lo que tienen, y su orgullo no les deja mirar al cielo; el inventor hace mucho dinero y se olvida de Dios, los escritores famosos y millonarios engañan a la gente con sus cuentos y fábulas, se enriquecen con falsos mitos y leyendas y hacen que las personas prefieran leer, antes que nada, toda esa... basura satánica, en lugar de la Biblia, la palabra de Dios, que da vida y vida eterna; prefieren gastar cientos de euros en libros inútiles. Pero no hacen por comprar una Biblia, que todas las iglesias deberían esforzarse en regalarlas a todas las personas, porque servirán para Salvación de sus almas y para llegar a la vida eterna.
Cuando nosotros no le damos la honra y la gloria debida a Dios, estamos siendo orgullosos. En pocas palabras, decimos: "Dios, no te necesito, yo puedo hacer las cosas solo", y es ahí donde viene el espíritu del anticristo a nuestra vida. Muchos incluso han llegado a negar la fe y a blasfemar contra la Palabra, hay quienes se han atrevido hasta en la televisión a tirar, a pisotear la palabra de Dios, sin saber que en ella hay verdaderamente palabras de vida eterna; pero está escrito, Dios lo dijo en su palabra que vendría una gran apostasía a la vida de muchos; viviendo por el Espíritu terminarán en la carne, por eso el hermano Pablo le dijo a los gálatas: ¡oh gálatas, insensatos!
Pero sepamos que nosotros, los hombres, no podernos hacer nada sin Dios, que somos tan frágiles que cualquier golpe en la vida nos rompe. Muchos se deprimen como el caso del profeta Elias (1ª Reyes 19: 4-10), otros se suicidan como el caso de Ahitofel (2ª Samuel 17-23), por eso debemos entender que debemos vivir tomados de la mano de Dios y que todo lo que Él nos da no es por nuestra inteligencia y propio esfuerzo, es porque todo viene de Él, como la salud, la sabiduría, el entendimiento, el trabajo, la vida misma, todo viene de Dios. Debemos reconocer que Dios es soberano sobre todo lo que existe, y que Jesús es el hijo de Dios; debemos reconocer el señorío de Jesús sobre nuestras vidas, para que Él pueda reinar completamente en nuestros corazones, para que Él pueda hacer libremente los cambios necesarios en nuestra vida, para hacernos libres de toda condenación y para alcanzar la vida eterna que Él ofrece.
Juan 15: 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Parafraseando la palabra de Dios, Jesús mismo dijo: yo soy la fuente de vida, de mí emana la vida, debes de estar sujeto a mí como las ramas al árbol, porque Jesús es la raíz y el árbol, el tronco; la Palabra dice que Él es la Raíz y el linaje de David, la raíz está sujeta al árbol y el árbol sostiene las ramas y sus frutos: sujétate, pues, de la mano poderosa de Dios y Él te sostendrá con su brazo fuerte; Él hará, porque Él es grande y poderoso; entiende que separados de CRISTO nada podemos hacer por nosotros mismos, nada.
Juan 3:27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
Juan el Bautista era un hombre como nosotros, sujeto a pasiones, con debilidades, con problemas y aflicciones al igual que todos nosotros, pero él nunca se echo atrás, siempre siguió hacia adelante como quien mira la meta esperando alcanzarla; él reconoció que Jesús era el Hijo de Dios, reconoció la soberanía de Dios y el señorío de Jesús, tanto que no quería bautizarle; él decía: "yo necesito ti"; pero dijo palabras sabias e inteligentes: "no puede el hombre recibir nada, todo inventor, todo empresario, cada rico del mundo, todo negociante, todo sabio e inteligente, todo aquel que se enriquece, no podría hacer nada; ni tener nada si no le fuere dado del cielo". Dios es el que enriquece y el que empobrece, porque Él es quien hace la llaga, y él la vendará; Él hiere, y sus manos curan.
Así, mi amado hermano y amigo, reconozcamos el señorío de Jesús sobre nuestras vidas y vivamos buscando el reino de Dios cada día de nuestra vida, y Dios, como recompensa, nos añadirá todo y no tendremos necesidad de ningún bien, porque nuestro Padre que está en los cielos sabe cuáles son nuestras necesidades y Él dará y enviará la ayuda necesaria del cielo. Enseñémosles a nuestros hijos a depender de Dios y dejarle todo a Él.
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