sábado, 13 de abril de 2013

Realidad y Apariencia - Mensajes de esperanza

La apariencia y la realidad son dos cosas que en diferentes momentos vemos como tales, pero que no siempre son lo que parecen; dependiendo del modo o situación como nos encontremos es como las interpretamos. Por ejemplo, es difícil ver positivamente algo que parece ser todo menos algo bueno, y es también complicado ver la realidad de las cosas cuando todo está empañado de una apariencia o por todo lo que influye en nuestro estado de ánimo ante la situación que se presente.

En la vida nos enfrentamos a muchas situaciones. Cuando todo va bien y nos sentimos tranquilos, vemos la realidad de las cosas de una manera sencilla y clara, nos es mas fácil tomar decisiones, confiar y tener fe, porque influye mucho nuestro estado de ánimo, condición y disposición; pero sucede todo lo contrario cuando nuestro panorama es desalentador, cuando sentimos confusión o no sabemos cuál es la mejor decisión que debemos tomar, y es ahí cuando lo que vemos no es la realidad, sino sólo el reflejo de nuestros temores o inseguridades.

Puede ser que tu panorama hoy sea completamente negativo,
que aparentemente todo se vea incierto, inseguro y encaminado al fracaso, pero la realidad es que todo tiene una solución y un final muy distinto a lo que la apariencia te ha mostrado; no todo es lo que parece, no todo lo que hoy ves perdido lo está, en tu camino puedes encontrarte con muchas cosas que te hagan creer que el final ya está dicho, pero Dios tiene una realidad muy distinta para ti.

A veces es difícil confiar cuando la vista sólo nos muestra la anchura de nuestros problemas, cuando lo único que podemos ver es que ni siquiera existe el camino con la dirección correcta; sin embargo, cuando confiamos con nuestro corazón, tenemos un panorama muy distinto, porque es cuando los ojos de la fe son abiertos, y podemos distinguir la senda que nos lleva a la realidad de las cosas, y esa es la realidad que Dios quiere mostrarnos, donde nada está perdido y todo tiene solución.

Tal vez, basado en la apariencia de la presente situación, hayas pensado que ya no hay nada más que hacer, o que está lejana aún la opción de encontrar la solución a eso que necesitas resolver, pero la realidad de las cosas solamente Dios la sabe, basta con que pongas todo en sus manos y confíes, para que sea Él quien cambie por completo lo que hoy estás viviendo.

Dios abre sendas donde no hay, caminos donde parece imposible pasar, es Él quien hace y deshace, el que da y quita; no importa lo que aparenten las situaciones, porque las apariencias engañan. La realidad sólo depende de Dios, la última palabra es suya, y el destino y desenlace de toda tu situación lo tiene bajo control. Sea cual sea el panorama de las apariencias, ¡CONFÍA! Tu realidad está en sus manos.

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