Se le ocurrió una idea. Blum, que había tenido cáncer de mama años antes, sabía lo costoso y trabajoso que era el transporte para los enfermos de cáncer, que tenían que viajar por el tratamiento especializado. “Pensó: ¿no sería maravilloso si pudiésemos llenar algunos de esos asientos vacíos?”, recuerda.
Casey Chapley tenía diez meses de edad cuando le fue diagnosticada una forma rara de cáncer en el ojo. Sus padres, Keith y Belinda, decidieron someter a Casey a un tratamiento experimental, no basado en radiación, en Filadelphia, a 300 millas de su hogar, cercano a Pittsburgh.
Para ser su primer vuelo comercial, tuvieron que navegar por un abarrotado aeropuerto, una bulliciosa cabina de avión, luego el reclamo de equipaje, además de las condiciones demandantes de cualquier bebé, cuanto más uno que lucha contra el cáncer. Gastaron 750 dólares en billetes de avión. Y se requerían tratamientos mensuales.
Ahora, con 75 años, Blum todavía sirve como voluntaria en las oficinas principales de Corporativa Angélica una vez a la semana.
Algunas personas, que son como ángeles, cuando piensan en los demás, extienden su mano a los demás y caminan con los demás. Todos los días, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de ser como un ángel para alguien que puede estar pasando un momento difícil. Seamos hoy una extensión del corazón y la mano de Dios. Recuerda, hay milagros en tus manos.
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. Sal 91:11
Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mateo 18:10
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