1. Asegúrese de entender la salvación.
1 Juan 5:13 nos dice, “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna”. Dios quiere que entendamos la salvación. Dios quiere que tengamos la confianza de saber con seguridad que somos salvos.
Vayamos brevemente a los puntos clave de la salvación:
(a) Todos hemos pecado. Todos hemos hecho cosas que desagradan a Dios (Romanos 3:23).
(b) Merecemos ser castigados con la separación eterna de Dios, a causa de nuestro pecado (Romanos 6:23).
(c) Jesús murió en la cruz para pagar la penalidad por nuestros pecados (Romanos 5:8; 2 Corintios 5:21).
(d) Dios otorga perdón y salvación a todos aquellos que ponen su fe en Jesús, confiando en Su muerte como pago por nuestros pecados (Juan 3:16; Romanos 5:1; Romanos 8:1).
¡Ese es el mensaje de salvación! Si ha puesto su fe en Jesucristo como su Salvador, ¡usted es salvo! Todos sus pecados son perdonados, y Dios promete no dejarle nunca, nunca desampararle (Romanos 8:38-39; Mateo 28:20). Recuerde que su salvación está segura en Jesucristo (Juan 10:28-29). ¡Si usted confía sólo en Jesús como su Salvador, puede tener la confianza de que va a pasar la eternidad con Dios en el cielo!
2. Encuentre una buena iglesia que enseñe la Biblia.
No piense en la iglesia como un edificio. La iglesia es la gente. Es muy importante que los creyentes en Jesucristo tengan compañerismo unos con otros. Ese es uno de los propósitos principales de la iglesia. Ahora que usted ha puesto su fe en Jesucristo, le animamos firmemente a encontrar por su sector, una iglesia creyente en la Biblia. Hable con el pastor. Hágale saber acerca de su nueva fe en Jesucristo.
Un segundo propósito de la iglesia es enseñar la Biblia. Usted puede aprender cómo aplicar las enseñanzas de Dios en su vida. Entender la Biblia es la clave para vivir una vida Cristiana exitosa y poderosa. 2 Timoteo 3:16-17 dice, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Un tercer propósito de la iglesia es la adoración. ¡La adoración es dar gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho! Dios nos ha salvado. Dios nos ama. Dios es nuestro proveedor. Dios nos guía y nos dirige. ¿Cómo no agradecerle? Dios es santo, justo, cariñoso, misericordioso, y lleno de gracia. Apocalipsis 4:11 declara, “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
3. Aparte un tiempo cada día para enfocarse en Dios.
Para nosotros es muy importante para nosotros pasar tiempo centrándonos en Dios. Algunas personas denominan a éste, un “tiempo a solas.” Otros lo llaman “tiempo de devoción,” porque este es un tiempo en el que nos dedicamos a Dios. Algunos prefieren apartar tiempo por las mañanas, mientras otros prefieren el atardecer. No importa cómo denomine a este tiempo o cuándo lo haga. Lo que importa es que usted pase regularmente tiempo con Dios. ¿Qué eventos preparamos y hacemos en nuestro tiempo con Dios?
(a) Oración.- La oración es hablar con Dios. Hablar con Dios acerca de sus preocupaciones y problemas. Pedir a Dios que le dé sabiduría y orientación. Pedir a Dios que provea sus necesidades. Decirle a Dios cuánto le ama y cuánto aprecia todo lo que hace por usted. De eso se trata la oración.
(b) Lectura bíblica.- Además de recibir enseñanza Bíblica en la iglesia, en la Escuela Dominical, y/o en los estudios bíblicos, es necesario que lea la Biblia por usted mismo. La Biblia contiene todo lo que usted necesita conocer a fin de vivir una vida Cristiana exitosa. La Biblia contiene la guía de Dios para tomar decisiones sabias, enseña cómo conocer la voluntad de Dios, cómo ministrar a otros, y cómo crecer espiritualmente. La Biblia, esencialmente, es el manual de enseñanza de Dios, para saber cómo vivir nuestra vida de una manera grata para el Señor y sentirnos satisfechos por ello.
4. Desarrollar relaciones con gente que puede ayudarnos espiritualmente.
1 Corintios 15:33 nos dice, “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” La Biblia está llena de advertencias acerca de la influencia que la gente “mala” puede tener sobre nosotros. Pasar tiempo con aquellos que se ocupan de actividades pecaminosas, va a causar que seamos tentados por aquellas actividades. El carácter de aquellos que nos rodean, va a “pegarse” en nosotros. Por esa razón es tan importante rodearnos de otra gente que ama al Señor y está comprometida con Él.
Trate de encontrar un amigo o dos, tal vez de su iglesia; alguien que pueda ayudarle y animarle (Hebreos 3:13; 10:24). Pida a sus amigos que le hagan y le mantengan responsable respecto a su tiempo a solas, sus actividades, y su caminar con Dios. Pregúnteles si usted puede hacer lo mismo por ellos. Esto no significa que tenga que abandonar a todos sus amigos que no conocen al Señor Jesús como su Salvador. Siga siendo su amigo y ámelos. Sencillamente permítales conocer que Jesús ha cambiado su vida, y que ya no hará todas las mismas cosas que solía hacer. Pídale a Dios que le dé oportunidades para compartir de Jesús con sus amigos.
5. Bautizarse.
Mucha gente malinterpreta el bautismo. La palabra “bautizar” significa sumergir en agua. El bautismo es la manera bíblica de proclamar, públicamente, su nueva fe en Cristo y su compromiso en seguirle. La acción de ser sumergido en agua ilustra el ser enterrado con Cristo (bautismo que semeja su pasión y muerte). La acción de salir del agua ilustra la resurrección de Cristo (semeja su resurrección). Bautizarse es identificarse con la muerte, entierro y resurrección de Jesús (Romanos 6:3-4).
El bautismo no es lo que le salva. El bautismo no le quita sus pecados. El bautismo simplemente es un paso de obediencia, una proclamación pública de su fe sólo en Cristo para salvación. El bautismo es importante porque es un paso de obediencia, declarar públicamente la fe en Cristo y su compromiso con El. Si usted está listo para ser bautizado, debe hablar con un pastor.
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