miércoles, 27 de marzo de 2013

La palabra de Dios - Meditaciones

Muchos tomamos la palabra de Dios en vano, no le damos la importancia debida; es más, ni siquiera le ponemos atención, y mucho menos la ponemos por obra, pero si queremos cambios trascendentales en nuestra vida, cambios que reflejen la imagen de Cristo en nuestro ser y forma de vida, debemos ser, realmente, espejos de la palabra de Dios y que Jesús se refleje en nuestro ser; y sólo podrá transformarnos y limpiarnos al leer su Palabra, al escucharla, al compartirla y al confesarla con fe; tenemos que buscar que la Palabra cause huella en nosotros, que se refleje en nuestra forma de vida en casa, en la calle, en el trabajo, en la escuela y en cualquier lugar en donde nos movamos, que la presencia de Dios nos acompañe no solamente en la iglesia. Es hora de quitarnos la máscara, que nuestra conducta de vida signifique más que lo que decimos, que nuestra vida sea un reflejo de Cristo Jesús en nosotros, para la gloria y honra de nuestro Padre y buen Dios.

Apocalipsis 21:27 Y no entrará jamás en ella ninguna cosa inmundani quien haga abominacióno diga mentira; sino solamente aquellos que están escritos en el libro de la vida del Cordero. Juan describe que él vio una ciudad, el reino de Dios, y lo describe cuan precioso es, Dios le muestra y le confirma lo que Jesús le había dicho cuando estuvo con los discípulos, pero él mismo recibe una palabra que es: “NO ENTRARÁ JAMÁS EN ELLA COSA INMUNDA”. Es por eso que Dios está limpiando y preparando a su iglesia para poder ir a morar a la patria celestial, es necesario que toda la inmundicia del mundo salga de nuestro corazón, que nos esforcemos por vivir en santidad a Jehová; debemos esforzarnos para que nuestro nombre permanezca escrito en el libro de la vida, que no sea borrado y que un día podamos ver a Dios tal y como Él es.
300 bibliaJuan 14:2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. 3 Y si me voy y preparo un lugar para vosotrosvendré otra vez y os tomaré conmigopara que donde yo estoyallí estéis también vosotros. Ahora Juan ha visto la santa ciudad del reino de Dios y él mismo certifica escribiendo lo que vio; puedes leer todo el capítulo de apocalipsis 21, pero el propósito fundamental es que creas que la palabra de Dios nos enseña, nos instruye, nos limpia y nos santifica. Juan pudo apreciar, ver y certificar que existe; por eso él testifica de la Santa Ciudad. Es verdad lo que dijo, en cuanto que Jesús fue a prepararnos lugar para habitar junto a Él; preparémonos, busquemos la santidad de Dios.
Dios nos habla de leer la palabra con un propósito.
Juan 17:17 Santifícalos en la verdadLa palabra tuya es la verdad misma. Dios es santo, y una de las primeras obras de Dios en nuestra vida es santificarnos, por eso nos instruye en que debemos de leer su Palabra Santa, porque a través de la lectura y la búsqueda de la verdad, Él nos irá limpiando, cambiando y transformando para poder habitar en su reino; es una promesa de Jesús hecha a los hombres, que donde Él está estaremos nosotros, pero solo podremos entrar santos, puros, sin mancha y sin arruga. Leamos la palabra de Dios para poder alcanzar el galardón que Dios nos ofrece: la vida eterna. Que el propósito de Dios de santificarnos se cumpla conforme leemos su Palabra y que este propósito nos habilite para el servicio a Dios y gloria de su nombre.
Dios nos habla de orar en todo tiempo.

Efesios 6:18 Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos; Dios mismo nos exhorta que oremos en todo tiempo, también habla que velemos y que perseveremos en la oración, porque cuando oramos, la unción del Espíritu Santo desciende sobre nosotros y nos ayuda en nuestras debilidades, y nos da la fuerza para luchar y seguir paso a paso las instrucciones de Dios Padre a través de su palabra. Muchos dicen: es que no tengo tiempo; pero estamos viviendo tiempos tan difíciles que tenemos que buscar el tiempo para tener intimidad con Dios; Daniel, aún en peligro de muerte, oraba sin cesar por el pueblo de Israel y lo hacía tres veces al día; hoy es el día de empezar a orar sin cesar, por esta nación y el mundo, orar es hablar con Dios; hablar con Dios es esperar una respuesta, hablar con Dios es conocer la plenitud de su presencia, hablar con Dios es acercarnos ese milagro esperado y ver las tinieblas caer y ser vencidas por Dios Padre, en el nombre de Jesús y con el poder de su espíritu.
Daniel 6:10 Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como lo solía hacer antescontinuó arrodillándose tres veces al díaorando y dando gracias delante de su Dios. Daniel sabia por el edicto firmado que la pena era la muerte, pero esto no le impidió buscar, como de costumbre, el tiempo para arrodillarse y humillarse para buscar el consuelo, la fuerza, el poder y la sabiduría de Dios; para seguir adelante, busca la sabiduría de lo alto, dobla tus rodillas y pide a Dios revelación y sabiduría de su palabra. Debemos ser trasformados por el poder de Dios, debemos esforzarnos en pelear la buena batalla, y ésta se gana de rodillas.
Dios nos habla de congregarnos.
Deuteronomio 31:12 Reúne a todo el puebloa los hombres, las mujereslos niños y los inmigrantes que vivan en tus ciudadespara que puedan oír y aprendan a respetar al Señor tu Dios y obedezcan cuidadosamente todas las palabras de esta ley. Congrega al pueblo fue la orden del señor Dios todopoderoso, pero que vengan las familias completas; hombres mujeres y niños, Dios es generacional y Él bendice las familias en grupo, no individualmente. Él quiere que todos nos congreguemos para oír su palabra, para que aprendamos de ella a respetar y amar a Dios sobre todas las cosas, y que aprendamos sobre todo a vivir en obediencia y reverencia al Rey de reyes y Señor de señores, que nos congreguemos para que haya una relación corpórea dentro del pueblo de Dios, para aprender a vivir en armonía, y ser de un mismo pensar y un mismo sentir en Cristo Jesús.
David decía algo muy importante:
Salmos 27:4 Sólo una cosa le pido al SeñorHabitar en la casa del Señor por el resto de mi vida. Así podré disfrutar el placer de estar junto al Señor y visitarlo en su templo. Cuando el rey David experimenta el congregarse para buscar la presencia de Dios, expresa que le pide una cosa a Dios: Habitar en la casa del Señor por el resto de su vida; sólo imagina cómo disfrutaba y se gozaba en la presencia de Dios congregándose, buscando cada día mas la comunión con el Padre, tanto, que le pide a Dios que lo quiere hacer por el resto de su vida. Busquemos congregarnos, que deseemos y anhelemos, como David, hacerlo por el resto de nuestra vida, tenemos que prepararnos para la pronta venida de Jesús; Él arrebatará a su iglesia amada.
Dios nos habla de prepararnos.
Josue 1:7 Pero tienes que ser fuerte y valiente, obedeciendo los mandamientos que te dio mi siervo Moisés. Si te mantienes fiel a ellos triunfarás donde quiera que vayas. 8 Repite siempre las palabras del libro de la ley de MoisésEstúdialo día y nochede manera que puedas actuar de acuerdo a lo escrito en élpara que te vaya bien y tengas éxito. Para ser un buen servidor de Dios debemos prepararnos, capacitarnos y sobre todo instruirnos de la palabra de Dios. Josue tenía 85 años cuando Dios le manda que se capacite en la palabra de Dios, le dice que aprenda, que estudie en la palabra de Dios y así pueda actuar conforme a la voluntad de Dios; así tu andar será para agradar a Dios; y agrega dos promesas: primero, triunfarás a donde quiera que vallas, y la segunda, que te irá bien y tendrás éxito en todo lo que hagas. Prepárate para servir a los propósitos de Dios, que su palabra sea escuchada en todo lugar.
Dios nos habla de compartir la palabra recibida.
Mateo 28:19 Así que hagan seguidores en todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enséñenles a obedecer todo lo que yo les he mandadoTengan presente que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo. Cuando uno empieza a compartir la palabra de Dios, Dios empieza a revelarnos su palabra y nos ayuda a ejercitarnos, nos ayuda personalmente a crecer espiritualmente y a la vez estamos cumpliendo sus mandato de ir a predicar su palabra y de hacer discípulos, el mandato es en todas las naciones, pero lo más importante es que empecemos por nuestra casa, con nuestra familia, recuerda que la palabra de Dios es clara y Jesús promete además estar a través del Espíritu Santo con nosotros siempre, la sabiduría de la palabra vendrá por revelación de Dios a través de su Espíritu, predica y llénate de Dios, debemos trabajar sin cesar en la obra de Dios, hay muchas almas perdidas sin esperanza que necesitan ser rociados con la sangre salvadora de Jesús el hijos de Dios.
La palabra de Dios nos habla de vivir en santidad.
Levítico 11:45 ‘Porque Yo soy el SEÑORque los he hecho subir de la tierra de Egipto para ser su Diosseránpuessantos porque Yo soy santo.’” Dios, desde que tomó a Israel como su pueblo, empezó a decirles sed santos porque yo vuestro DIOS, SOY SANTO, y es por eso que Dios quiere que nos esforcemos en vivir en santidad, porque sin santidad nadie verá a Dios, no entrará en su reino nada inmundo, es por eso que tenemos que limpiarnos y esforzarnos por mantenernos limpios, santos y puros ante Dios; muchos dirán que es difícil vivir en santidad y es verdad; pero Jesús mismo dijo: lo que es difícil para los hombres, es posible para Dios, ya que es Él quien hace la obra en todos nosotros. Dios no anda buscando hombres perfectos, sino hombres y mujeres que se dejen y quieran ser trasformados por el poder y el amor de Dios. Hay que aprender a vivir en santidad y amor. 
Éxodo 28:36  “Harás también una lámina de oro puro, y grabarás en ella, como las grabaduras de un sello: ‘SANTIDAD (CONSAGRADO) AL SEÑOR.’ Este sello, Dios lo quiere poner en el corazón del hombre, busca y sigue la santidad de Dios para santificar tu vida. Debemos consagrarnos para el señor, sólo así Él podrá operar en nosotros los cambios necesarios para llevarnos a la altura que quiere que tengamos, para poder vivir en su reino Celestial.
Dios nos habla de visitar al necesitado y afligido llevando consuelo con su Palabra, pero ante todo nos dice "sed hacedores de la palabra no solo oidores"; tenemos que aprender de la Palabra, armarnos bien y salir a las calles a conquistar la tierra que Dios puso delante de nosotros; así le dijo Él a su pueblo: esta es ahora su tierra, vayan y conquístenla; vamos hermano, no te quedes sentado, vamos a conquistar la tierra para la gloria de Dios, llevando el mensaje de salvación de su hijos, amado Jesús, amén y amén.
Padre Santo, Padre, santifícame en tu verdad, que tu palabra trasforme mi ser a tu voluntad, aunque esto duela; pero quiero servirte, quiero ser útil, quiero dar frutos, no quiero ser como la higuera que se secó, quiero ser como el árbol plantado junto al rio y cada día poder beber de tu Espíritu Santo para sanidad de mi alma y para predicar cada día de mi vida tu Palabra; que yo pueda testificar siempre que fuiste Tú, y cuán grandes cosas has hecho por mií. Padre, habilita en mí tus dones y usa este vaso de barro que soy, para la gloria de tu nombre. Amén y amén.
Te amo Padre, te amo Jesús, te amo Espíritu Santo.

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