sábado, 9 de marzo de 2013

Imitar lo bueno - Devocional

Es tan fácil imitar lo malo, y tan difícil imitar lo bueno... Por naturaleza estamos inclinados al mal, pero por deseo de nuestro espíritu debemos tratar de imitar el bien. Alguna razón determina que seamos muy rápidos para adquirir malos hábitos, pero muy lentos para acostumbrarnos a buenos hábitos.
La pregunta es: ¿Qué es lo que estoy imitando?, ¿de qué forma estoy siendo influenciado para imitar lo bueno?, ¿será que realmente dentro de mi corazón hay algún deseo por imitar lo bueno?
Pablo le escribía a los Corintios: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” 1 Corintios 11:1 (Reina-Valera 1960).
Yo siempre me he preguntado: ¿Seríamos capaces nosotros de decirle a las demás personas: “Sean imitadores de mí, como yo lo soy de Cristo”?
La verdad es que en muchas ocasiones nuestra vida no está imitando a Cristo, muchas veces nuestra vida no es reflejo de que Cristo vive en nosotros, muchas veces no estamos viviendo como hijos de Dios, pues nuestra forma de ser, de comportarnos y de actuar, es muy distinta a la que Dios quiere de nosotros.
Consideramos realmente que cada día aprendemos algo bueno, y si somos humildes y sinceros, podemos concluir que cada día necesitamos aprender más del Señor, que necesitamos imitarlo más, que necesitamos hablar como hijos de Dios, comportarnos como hijos de Dios, reaccionar como hijos de Dios.
¿Cómo estamos reaccionando ante un mundo indiferente a Dios? ¿Cuál está siendo nuestra forma de vivir en este mundo? ¿Qué palabras salen de mi boca? ¿Qué pensamientos hay en mi mente? ¿Cuál es la forma en la que reacciono frente al actuar del mundo?
Todos los días debemos traer a nuestra memoria que nuestra tarea es imitar a Cristo, que nuestra forma de comportarnos y vivir tiene que ser justa y piadosa. Que nuestro propósito de cada día sea parecernos más a nuestro Señor y Salvador.
Imitemos lo bueno, desechemos lo malo, imitemos lo justo, desechemos lo injusto, imitemos lo humilde, dejemos la soberbia, imitemos lo espiritual y hagamos a un lado lo carnal.
Hoy es un buen día para recapacitar en mi forma de actuar y conducirme por la vida, hoy es un día en el que debemos traer a nuestra memoria una pregunta, y ser sinceros y humildes para contestarla. La pregunta es: ¿A quién estoy imitando?, ¿a Cristo Jesús?; si no es así, reflexionemos muy bien sobre nuestro actuar.

¡Seamos imitadores del Señor!

“Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con sabiduría, justicia y devoción a Dios” 

Tito 2:12 (Nueva Traducción Viviente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario