sábado, 30 de marzo de 2013

Fallar sin pensar - Devocional


La mayoría de las veces fallamos a Dios sin pensar en las consecuencias que esto puede traer. El momento de tentación nos lleva a pensar sólo en el placer, sin pensar en lo que puede venir después de eso.
Cuando el rey David pecó mandando traer a Bétsabe, no se puso a pensar en las consecuencias que eso iba a traer. “Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.” 2 Samuel 11:3-4 (Reina-Valera 1960)
La consecuencia fue que Bétsabe quedó embarazada: “Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.” 2 Samuel 11:5 (Reina-Valera 1960)
David hizo un acto que iba en contra de lo que Dios manda, sin embargo no vemos en él arrepentimiento. En vez de arrepentirse, elaboró un plan mandando llamar a Urías, esposo de Bétsabe, quien se encontraba en la guerra, para que éste durmiera con su esposa y así creyera que ella estaba embarazada de él.
Urías, fiel al pueblo de Israel, no concebía la idea de ir a dormir con su esposa mientras el pueblo estuviera en guerra, por lo que no quiso ir a su casa para dormir con su mujer. David, aún sin arrepentirse, planeó el asesinato de Urías, enviando, él mismo, una carta en la que daba instrucciones especificas, de colocar a Urías en lo fragoso de la batalla para que muriera.
Hasta ese momento de la historia, David había cometido dos pecados: tomar a la mujer de su prójimo y dar órdenes para que Urías muriera.
Al igual que David, muchas veces nosotros tomamos decisiones, orientados por nuestra naturaleza carnal, sin pensar en las consecuencias que eso puede traer.
La mayoría de nosotros nos metemos en problemas porque no pensamos antes de actuar, simplemente actuamos, y cuando ya estamos metidos en el problema, nos damos cuenta que lo que hicimos no fue lo correcto.
David no se arrepintió hasta que el profeta Natán le amonestó dando a luz su pecado:“¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.” 2 Samuel 12:9 (Reina-Valera 1960).
Cuando David no pudo ocultar más su pecado, reconoció que había fallado; fue entonces cuando pensó en lo mal que había actuado: “Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.” 2 Samuel 12:13 (Reina-Valera 1960).
La consecuencia del pecado de David fue dura para su descendencia y para él mismo, ya que perdió al bebé que Betsabé esperaba producto de su pecado de adulterio.
¿Cuánto tiempo tardaremos en darnos cuenta que muchas veces estamos fallando a Dios de manera deliberada? ¿Qué es lo que tiene que pasar para que reaccionemos ante el pecado? ¿Por qué esperar hasta las últimas consecuencias para arrepentirnos auténticamente delante de Dios?
Si has estado yendo por camino equivocado y no has pensado en lo que estás haciendo y en las consecuencias que eso te traerá, entonces debes de hacer un ALTO y pensar muy bien si estás ofendiendo a Dios con tu forma de actuar.
Puede que en este momento todo parezca de color de rosas, pero cuando la consecuencia de ese pecado salga a la luz, puede traerte el mayor dolor que pudieras haber experimentado; por ese motivo, ¡arrepiéntete ahora y vuelve a Dios!
Cuando somos conscientes del pecado que hemos cometido y, humildemente, le pedimos perdón a Dios con un corazón sincero, Él nos perdona. Puede que las consecuencias de nuestro error siempre aparezcan en nuestra vida, pero el perdón divino es el que nos ayuda a sobrellevar cualquier consecuencia que haya producido nuestro error.
Dios te ama y Él siempre está dispuesto a perdonarte, sólo necesitas reconocer tu error, arrepentirte genuinamente y pedirle perdón con frases que salgan de tu boca, y entonces, Dios, sin dudarlo, te perdonará y te hará sentir su abrazo divino lleno de paz.

¡Si fallaste sin pensarlo, es hora de que pienses en arrepentirte!

“Yo amo a los que me aman, y me dejo encontrar por todos los que me buscan.” 

Proverbios 8:17 (Traducción en lenguaje actual)

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