domingo, 3 de marzo de 2013

Creer para entender - Devocional - vídeo

Todo sería muy fácil si desde el principio entendiéramos los propósitos de Dios para nuestra vida, el por qué y para qué hace las cosas de la manera que las hace; a veces buscamos una respuesta para todo, como, por ejemplo, para entender las razones de nuestra situación, e incluso nos sentimos mal por no lograr comprender todo lo que quisiéramos; así somos, y si existiera la manera de evitarnos el disgusto y la tristeza, nos ahorraríamos muchas preguntas y comprenderíamos todo lo que nos sucede.
Tratar de entender el por qué Dios hace lo que hace, es motivo de que a veces nuestra fe esté limitada, porque sin darnos cuenta estamos pidiendo explicaciones a Dios de todo lo que está haciendo y eso nos va a lleva a desconfiar y sentir tristeza. Realmente es difícil sentir paz sobre cosas de nuestra vida que ni siquiera nosotros mismos entendemos, pero la confianza plena en que Dios siempre obra para bien, es lo que nos hace resistir en esos momentos inciertos.
Tú puedes estar viviendo situaciones en las que te has preguntado una y otra vez qué es lo que Dios quiere de ti, qué está haciendo que te está doliendo tanto, por qué las personas te dicen que Dios tiene un propósito para tu vida, pero no logras entender como saldrás de todo lo que te está pasando. ¿Por qué y para qué? son preguntas difíciles de comprender, pero incluso en medio de nuestras dudas existe una respuesta:
¿Por qué no logro entender los propósitos de Dios?, ¿por qué mi situación es tan confusa que ni yo mismo entiendo qué es lo que pasa? Cuando intentas comprender humanamente lo que te sucede, la respuesta, obviamente, estará definida por una medida humana, porque la mente se limita a creer solamente en lo que ve; sólo ves problemas, no ves soluciones, no ves más allá de lo que tu dolor o tus dudas te permiten, y, entonces, no puedes ver la intención de Dios y su interés en ayudarte. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:8-9
¿Por qué y para qué me suceden tantas cosas? Porque todo es parte de un aprendizaje, por ejemplo, en el colegio aprendiste a calcular y hacer cuentas resolviendo problemas, ¿cierto? Así es la vida: la oportunidad que tenemos para madurar y aprender a resolver situaciones de todo tipo, es por medio de situaciones que nos hagan esforzarnos; Jesús es ese maestro que nos pone pruebas para enseñarnos a vivir y moldear nuestro carácter, con la única finalidad de hacernos cada día mejores personas, mejores hijos. Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías.29:11
Nuestra mente humana es muy limitada para comprender al momento lo que Dios está haciendo; entender su propósito es tan difícil cuando se está sufriendo por algo, que resulta difícil y doloroso, pero si una cosa llegamos a comprender con el tiempo, es que a Dios no hay que entenderle, hay que creerle, hay que demostrarle que confiamos plenamente en Él; pase lo que pase, su estilo no es dar explicaciones sino soluciones, respuestas claras en el momento oportuno.
Confía, tu situación actual no durará para siempre, lo único que es eterno es el amor de Dios, su mano aún sigue extendida sobre ti, y por más que se han encrespado las olas en el mar de tus problemas, te sigue sosteniendo. Él no va a soltarte, no dejará que te pierdas en tu confusión; el hecho de no entender por qué Dios hace o permite ciertas cosas, no quiere decir que esté haciendo algo malo, sus planes SIEMPRE son para bien, y aunque, por momentos, pueda parecer que ya no hay más que hacer, ahí esta Él sorprendiéndote como ya lo ha hecho antes.
No es necesario entender a la perfección el propósito de Dios, lo que necesitas es CREER que tiene algo para ti a pesar de lo que hoy vives; sus planes no son sólo frases que se ven bonitas, no sólo son palabras acomodadas para hacerte sentir bien en el momento, ¡son más que eso! ¡Son promesas que pueden cambiarte la vida! Son planes perfectamente estructurados, a tal punto que no alcanzas a comprenderlos. Lo que quiere hacer en tu vida no lo puedes ver porque Él no necesita que lo veas, necesita que lo creas para poder hacerlo.

Dios actúa de una forma tan sorprendente que, aun de los que parecen ser los peores momentos, siempre tiene algo hermoso para mostrarte. Lo importante no es entender sus propósitos, sino confiar en que todos son con el fin de cosas nuevas y mejores que quiere entregarte, con Él no hay batallas, ni casos perdidos; tal vez no sabes qué es lo que Él va a hacer, pero si de algo puedes estar seguro es que lo que tiene planeado es algo perfecto, algo grande y mucho mejor de lo que tú mismo pudiste haber planeado.


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