Mucha gente hace de su vida una carrera desesperada por ser sabio, inteligente y entendido. Siempre están estudiando e inscribiéndose en cursos para ser más sabios, pero no han aprendido las lecciones básicas de la vida. Ellos quieren aprender lecciones de libros, pero ignoran las lecciones de la vida diaria, que Dios nos enseña y que tienen un valor profundo. Las lecciones diarias de la vida son sencillas pero a la vez profundas.
He aquí las diez lecciones más sencillas de la vida; si las aprendes serás sabio.
1.- Dios es el primero en la vida, porque el principio de la sabiduría es el temor a Dios.
2.- Dios le ha regalado un cuerpo. Si le gusta ese cuerpo o lo odia, es cosa suya. Dios le dio ese regalo para el resto de su vida, de manera que es mejor que aprenda a amarlo y a convivir con él.
3.- Usted siempre aprenderá lecciones en la vida. Usted está inscrito en una universidad que se llama Vida. Todos los días, en esta escuela, usted tendrá la oportunidad de aprender nuevas lecciones. Le gusten las lecciones o no, son lecciones y hay que aprenderlas.
4.- Una lección es repetida hasta que es aprendida. Esa lección será presentada una y otra vez, de varias formas, hasta que la aprenda. Sólo cuando usted la haya aprendido, podrá pasar a la próxima lección.
5.- No hay errores, sólo lecciones. El crecimiento es un proceso que implica errores, pero en la vida, y con Dios, esos errores se convierten en lecciones.
6.- El aprendizaje de lecciones es un proceso que no tiene fin. No existe etapa o parte alguna en la vida que no contenga lecciones. Si usted está vivo, entonces aún hay lecciones para aprender.
7.- Los demás son espejos para su vida. Usted no puede amar u odiar a nadie a menos que entienda que lo que ama u odia es un reflejo de lo suyo, que ama u odia.
8.- Haga de su vida algo que crece. Usted tiene todas las herramientas y recursos que Dios le ha dado para la formación de su vida. Lo que usted haga con esas herramientas determinará su crecimiento, pero siempre la decisión es suya.
9.- Allí no es mejor que aquí. Cuando su allí ha llegado a ser su aquí, simplemente obtendrá otro allí que parece mejor que su nuevo aquí. Por lo tanto disfrute de lo que tiene y sea fiel con su aquí.
10.- Las repuestas están en la Palabra de Dios. Cuando las dudas le asalten y la confusión le rodee, busque las respuestas en la Palabra de Dios.
2.- Dios le ha regalado un cuerpo. Si le gusta ese cuerpo o lo odia, es cosa suya. Dios le dio ese regalo para el resto de su vida, de manera que es mejor que aprenda a amarlo y a convivir con él.
3.- Usted siempre aprenderá lecciones en la vida. Usted está inscrito en una universidad que se llama Vida. Todos los días, en esta escuela, usted tendrá la oportunidad de aprender nuevas lecciones. Le gusten las lecciones o no, son lecciones y hay que aprenderlas.
4.- Una lección es repetida hasta que es aprendida. Esa lección será presentada una y otra vez, de varias formas, hasta que la aprenda. Sólo cuando usted la haya aprendido, podrá pasar a la próxima lección.
5.- No hay errores, sólo lecciones. El crecimiento es un proceso que implica errores, pero en la vida, y con Dios, esos errores se convierten en lecciones.
6.- El aprendizaje de lecciones es un proceso que no tiene fin. No existe etapa o parte alguna en la vida que no contenga lecciones. Si usted está vivo, entonces aún hay lecciones para aprender.
7.- Los demás son espejos para su vida. Usted no puede amar u odiar a nadie a menos que entienda que lo que ama u odia es un reflejo de lo suyo, que ama u odia.
8.- Haga de su vida algo que crece. Usted tiene todas las herramientas y recursos que Dios le ha dado para la formación de su vida. Lo que usted haga con esas herramientas determinará su crecimiento, pero siempre la decisión es suya.
9.- Allí no es mejor que aquí. Cuando su allí ha llegado a ser su aquí, simplemente obtendrá otro allí que parece mejor que su nuevo aquí. Por lo tanto disfrute de lo que tiene y sea fiel con su aquí.
10.- Las repuestas están en la Palabra de Dios. Cuando las dudas le asalten y la confusión le rodee, busque las respuestas en la Palabra de Dios.
Gracias, Señor, por darme la oportunidad de aprender de la vida y actuar como sabio. Tu palabra me enseña a vivir como sabio y entendido. Hoy quiero aprender de la vida y de tu palabra. Amén.
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